Un nuevo estudio de la Universidad de California en Los Ángeles (Estados Unidos) ha revelado que la píldora anticonceptiva podría debilitar ciertas áreas del cerebro de la mujer y afectar su funcionamiento.
Publicado en la edición de abril de la revista científica Human Brain Mapping, el estudio midió el grosor cortical en el cerebro de 90 mujeres de las cuales 44 consumían anticonceptivos orales y 46 seguían el método natural del ciclo menstrual.
La investigación arrojó que el uso de anticonceptivos orales se asoció significativamente a un adelgazamiento de dos áreas del cerebro: la corteza orbitofrontal lateral y la corteza cingulada posterior.
La corteza orbitofrontal lateral se relaciona a la regulación emocional y otras respuestas, mientras que la corteza cingulada posterior regula el pensamiento interior-dirigido, como por ejemplo lo relacionado a los recuerdos personales.
Pese a que el estudio solamente midió la estructura del cerebro, los hallazgos sugieren que podrían existir, además, posibles efectos sobre el comportamiento.
«Algunas mujeres experimentan efectos secundarios emocionales negativos al ingerir píldoras anticonceptivas de forma oral, pese a que algunos hallazgos científicos sugieren que estos efectos son de carácter mixto», afirmó la neurocientífica de la UCLA y principal autora del estudio, Nicole Petersen, al portal de noticias The Huffington Post.
«Es posible que este cambio en la corteza orbitofrontal lateral pueda estar relacionado con los cambios emocionales que algunas mujeres experimentan al utilizar píldoras anticonceptivas», indicó.
Debido a que el estudio es uno de los primeros de su tipo, en cuanto a la medición de los efectos de la píldora anticonceptiva en la estructura del cerebro, es difícil para los científicos sacar conclusiones definitivas en este punto.
Sin embargo, Larry Cahill, profesor de neurobiología y comportamiento en la Universidad de California en Irvine y co-autora del estudio, señaló que pese a que el interés por la relación entre las hormonas sexuales y la estructura del cerebro se ha incrementado en los últimos años, sorprende la falta de investigación sobre esto, considerando el largo periodo de tiempo en que la píldora ha estado en el mercado.
«Uno podría pensar que después de 50 años y de que cientos de millones de mujeres han ingerido la píldora, debería haber un largo y sólido cuerpo de evidencia en esto pero no existe casi nada», dijo Cahill a ACI Prensa. «Realmente me parece increíble», agregó.
Aunque advirtió sobre un posible pánico o alarma a causa del reciente estudio, Cahill dijo que este plantea más preguntas de investigación para el futuro, importantes para millones de mujeres que usan anticonceptivos orales todos los días.
Por ejemplo, se necesita estudios de seguimiento para determinar si el efecto de adelgazamiento es permanente o si solo se produce durante el tiempo en que una mujer está utilizando la píldora.
Desafiar las suposiciones ha sido algo así como un obstáculo en el camino de Cahill y su equipo al momento de querer publicar sus descubrimientos, ya que a menudo son tratados como «alarmistas». Sin embargo, como científico, Cahill cree que es importante continuar con el estudio de los potenciales efectos buenos, malos o neutrales de un fármaco que millones de mujeres utilizan durante un gran periodo de sus vidas.
«Si soy una mujer que toma la píldora, conozco a una mujer que la utiliza o mi hija quiere comenzar a hacerlo, es lógico desear que haga la opción informada y no desde la completa ignorancia», sostuvo.