«Lo cierto es que no tenemos suficientes recursos para identificar y detener a todas y cada una de las personas que están en este país ilegalmente», dijo Morton en rueda de prensa.
En Estados Unidos se calcula que viven unos 10,8 millones de extranjeros indocumentados, dos tercios de los cuales son de origen hispano.
«A partir de ahí, tengo que juzgar cada día cómo doy prioridad a mis recursos», añadió el responsable.
El gobierno de Barack Obama se enfrenta a reclamos de los estados del suroeste, que piden más efectivos para luchar contra la inmigración ilegal.
Arizona, en la frontera con México, que acaba de aprobar una ley que declara la inmigración ilegal un delito estatal, encabeza esa posición crítica con el gobierno federal.
Obama tildó esa ley de «errónea», y se reunió recientemente con la gobernadora del estado, Jan Brewer, para debatir puntos de vista al respecto.
La decisión sobre si se debe impugnar ante la justicia la ley SB 1070 de Arizona se tomará «pronto», declaró en la misma rueda de prensa el fiscal general, Eric Holder.
Estados Unidos duplicó en los últimos años el número de agentes de la Patrulla Fronteriza, hasta 20.000 efectivos, recordó Morton.
«No creo que una mezcla de leyes inmigratorias sea la solución», añadió.
aj / Reporte360