La expedición española aterrizó en Johannesburgo y después tomó un vuelo privado que le dejó en la base aérea de Potchefstroom.
Poco después entró en el Instituto de Alto Rendimiento de Potchefstroom, donde se entrenará y vivirá la mayor parte del tiempo.
Cerca de 20 coches de la policía escoltaron la entrada del autobús y luego comenzaron a bajar los jugadores, con Víctor Valdés y Andrés Iniesta a la cabeza. “Vaya paliza”, dijo el centrocampista Xabi Alonso.
Las autoridades locales prepararon a los españoles un sencillo acto de recibimiento que duró 20 minutos e incluyó danzas tribales, cantos y palabras de agradecimiento.