Los hábitos de consumo del venezolano ya no son los mismos. La crítica escasez y la altos precios en los alimentos básicos han alterado hasta lo que se come día a día. Hoy, abunda —más que de costumbre— los carbohidratos en el plato y predomina la ausencia de proteínas tanto animal como vegetal.
“Ya me ha tocado comer arroz solo por que los dos salarios mínimos que gano no me alcanzan”, aseguró a este rotativo Luis Hernan Ponssón.
También, Elsy Campos, ama de casa, agregó: “Lo que estamos viviendo es horrible. No consigo carne ni pollo, y cuando los encuentro están por las nubes. Ahora ni los granos se pueden comprar porque cuestan lo mismo o más que un pollo. No sé qué vamos a comer entonces”.
Daniela Hernández Varela, expresó que en su casa “somos dos. Comemos solamente carne y verduras. Gastamos mensualmente Bs. 24.000. Me pregunto cómo harán los padres de familia para darle de comer a sus hijos. Pobres niños crecerán desnutridos”.
Ante estas afirmaciones, la especialista en Nutrición y Dietética, Ladys Orrego, sostuvo que “realmente los cambios de consumo han sido bruscos. Siempre se espera que las personas tengan una buena la alimentación; pero ante la escasez y el alto costo de la vida, estamos comiendo lo que se consigue, y las harinas es lo que más se consiguen.
“Hoy estamos viendo que se está comiendo arepa con arepa, arroz solo, guiso de arroz con pasta, o arroz con huevos. Antes, se abrían paso con las sardinas o el atún pero ya ni eso”, manifestó Orrego, quien se refirió a un repunte en la desnutrición y la mal nutrición por la situación actual.
“La gente está comiendo para saciar el hambre, no para nutrirse y eso es alarmante. No se vislumbra la solución al problema, las estrategias no se ven”.
Orrego sugiere que ante este escenario buscar las alternativas. “Sé que es difícil; pero por ejemplo, sin no se tiene pollo o carne, pues hago un pastel de zanahoria, con queso o ricota que es más económica, y lo complementa con arroz, y allí se está comiendo proteínas, vegetales y carbohidratos”.
Las cifras de este año sobre consumo de alimentos no se conocen; pues hasta noviembre de 2014 el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) dejó de publicar el informe de consumo de alimentos por productos. Para finales de 2014, el INE reflejó que el consumo de pollo bajó de 81,83 gramos por persona a 30 gramos, una caída de 173%; la ingesta de carne de res cayó de 51,64 gramos a 23,5 (54,4%). Mientras que el consumo de la harina de maíz para las arepas subió más 46%.
Sin embargo, analistas estiman que hoy las cifras son más dramáticas, y afirman que por la escasez y la inflación el país se encamina a una crisis humanitaria por acceso a los alimentos.
“Cuando se analiza el patrón de consumo de esos carbohidratos: trigo (harina, pan, y pastas), harina de maíz y arroz, nos encontramos que hoy no se consigue la pasta, no hay arroz, las molineras no tienen acceso a trigo, y la harina de maíz está escasa por la falta del grano.
Entonces, cabe la pregunta qué está comiendo el venezolano. Por eso decimos, que no solo no hay comida barata, es que ya no hay suficiente comida en el país para darle el pueblo”, enfatizó Werner Gutiérrez, exdecano de la Facultad de Agronomía de LUZ.
Gutiérrez sostuvo que si no se toman medidas urgentes para corregir el abastecimiento, el país se encaminará “a una crisis humanitaria por acceso a los alimentos”.
Explicó que “cuando alertamos sobre esta crisis lo hacemos por dos cosas: por la escasez actual y la inflación. Estamos llegando a un punto de inaccesibilidad de alimentos, y eso es una señal que se está prendiendo de crisis alimenticia, de crisis humanitaria, de hambruna en Venezuela”.
“Lo que se consiga es lo que uno come porque el arroz brilla por su ausencia y hasta en Bs. 300 venden el kilo en el mercado negro. La pasta ya tampoco se ve en los supermercados, la mortadela ya cuesta un kilo Bs. 550 si la consigues, una sardina Bs. 200. Por dios en qué va a parar todo esto”, manifestó preocupada Evelyn Blanco.
A lo que Marlen Pinto Cruz, siguió: “Ya no se puede comprar nada, es un abuso: los huevos a Bs. 600 el cartón y la carne peor a Bs. 1.000 el kilo, y los granos no se digan”.
El experto en consumo alimentario y profesor de la ULA, Daniel Anido, precisó que “la inflación persistente desde los inicios de la década de 1980 ha marcado el fuerte deterioro del ingreso promedio del venezolano promedio (con excepciones en algunos años), y por tanto, reducido su capacidad de compra”.
Agregó recientemente en un informe presentado Centro de Investigaciones Agroalimentarias (Ciall-EAO), que si bien durante las últimas tres décadas la harina de maíz precocida y el arroz se han consolidado como alimentos clave en el suministro de energía alimentaria y proteínas en la dieta del venezolano promedio, debido a la caída de la producción nacional, tienen en el presente un elevado componente importado. Por tanto, existe una situación de alta vulnerabilidad en términos de riesgo de inseguridad alimentaria, por la caídas de ingresos petroleros que dificulten las importaciones”.