En ayunas, nuestras reservas de glucógeno están casi agotadas, y si entrenamos en ese momento el cuerpo usará exclusivamente grasas para usarla como energía, obteniendo además mejor eficacia energética pues las kilocalorías por gramo de son mayores a las que hay en los hidratos.
Su única desventaja es que no se puede llevar un ritmo intenso, más bien llevar un ritmo constante para tener energías durante un prolongado entrenamiento,
Esta saludable práctica debe iniciarse con un día a la semana de entrenamiento por aproximadamente 45 minutos. De allí se va aumentando progresivamente los días y el tiempo. Vale la pena no descuidar la hidratación de nuestro organismo.