El siniestro se produjo poco después de la una de la madrugada, a 61 kilómetros de Bergéres, donde la familia es propietaria de un castillo.
Irasema Pantoja, casada con el conde Gilbert Bureaux de Pusy Dumottier de Lafayette, salió del castillo primero que su esposo, pues quería llegar a su apartamento en París para acostar lo antes posible a los niños, Alexander, de 9 años, Carolina, de 8 y Arturo, de 6, quienes tenían que asistir el colegio al día siguiente.
Tras el triple choque, que ocurrió a la altura de la población de Jossigny, tanto Irasema como los dos niños menores salieron expulsados del vehículo, como consecuencia del fuerte impacto.
Ella y Arturo fallecieron de inmediato, y la niña alcanzó a ser trasladada a un hospital cercano, donde se produjo su deceso. El mayor de los hijos resultó ileso, pese a que el vehículo en que iban, un Peugeot pequeño, se partió en cuatro partes.
En las informaciones fragmentarias que han revelado los medios de comunicación franceses nada se dice sobre las causas del triple choque.
El conde Pusy de Lafayette había salido del castillo quince minutos después de su esposa y sus hijos, y pasó por el sitio del accidente, sin percatarse de que sus familiares eran las víctimas.
Descendiente del legendario General Henri La Fayette, quien apoyó desde Francia a Simón Bolívar en su causa libertadora, el Conde había conocido a Irasema durante una visita a Barranquilla en 1995, desatándose de inmediato un romance de cuento de hadas que ahora termina en tragedia.
El anestesiólogo Rafael Pantoja Álvarez, hermano de la exenfermera, y su esposa Rocío Cárdenas, viajaron anoche desde Barranquilla a París, tras conocer la triste noticia.
Olga Álvarez viuda de Pantoja, madre de Irasema, vive en Francia junto a su hija Olga, quien se enteró del accidente a través de una amiga que trabaja en el sector en donde ocurrió el choque.
Amor a primera vista. Durante su última visita a Barranquilla en agosto de 2010, el Conde conversó con EL HERALDO y contó cómo había conocido a su esposa y los detalles de la costeña que lo enamoró. “Ella tocaba la guitarra y me cantaba piezas colombianas”, dijo en esa ocasión.
Resaltó el hecho de que Irasema siempre tenía una sonrisa y era una mujer muy alegre.
Tras conocerse (vea detalles en recuadro) los dos intercambiaban cartas y faxes durante dos años hasta que en julio de 1997 él la invitó a París por 10 días.
Tres meses después decidieron casarse por lo civil en Francia, y en la iglesia Nuestra Señora del Carmen de Barranquilla, el 4 de julio de 1998.
Cuando niña ella cantaba en esta iglesia y asistía la eucaristía junto a su familia, por lo que ayer en ella se realizó una misa en memoria.
La condesa. Irasema se crió en el barrio Boston junto a sus padres, oriundos de Soledad, y estudió en el colegio María Auxiliadora. Aunque en Francia ya no existe monarquía, el título nobiliario lo llevaba por linea de sangre de su esposo.
La barranquillera habitaba junto al Conde y sus tres hijos en un apartamento de París y acostumbraba a pasar vacaciones con ellos en el castillo del siglo XVIII ubicado en Bergères-sous-Montmirail, en Francia, de donde la fatídica madrugada del lunes partió.
Gracias a su gestión, el Carnaval de Barranquilla participó por vez primera en el Carnaval Tropical de París, en el 2009. Cuando vivía en la capital del Atlántico, bailó durante unos años en el Garabato del Norte y fue de sus primeras integrantes.
Al conocer la trágica noticia, Leopoldo Klee, director del grupo de danza, expresó que ella siempre trajo mucha alegría al garabato y era una gran bailadora. Se conoció que dejó el grupo al conocer al Conde, pues fue su guía turística en ese año de carnavales.
Irasema también administraba un almacén de café colombiano en Francia y se desempeñaba como directiva de la asociación Bolívar-La Fayette que cobró vida en el 2000.
El trágico deceso de Irasema y sus pequeños hijos marcó el final de una historia de amor sin duda fuera de lo común.
El libertador los unió
Cuando el Conde francés Gilbert Bureaux de Pusy Dumottier de La Fayette pisó tierras barranquilleras en 1995, su objetivo era conocer más sobre Simón Bolívar. En aquel momento, no solo halló parte de una historia que había empezado a hilvanar desde hacía 10 años, sino que conoció a Irasema, el amor de su vida. En ese mismo año el francés, de 59 años y biólogo, le comentó su interés a su colega, la dermatóloga Cristina Pantoja, quien le extendió una invitación a Colombia, en donde murió Bolívar. Al conocer a la familia de Cristina, quedó maravillado con la personalidad de Irasema.
Por Jennifer Cabana