En los auxilios de la ciencia y la ayuda divina reposa la reelección de Chávez

   Este es el reportaje publicado hoy por el diario La Verdad, en el que presenta los cuatro escenarios del presidente Hugo Chávez luego de que le fue diagnosticado cáncer.

Hoy está en Cuba. Batalla contra el cáncer. ¿Dónde lo tiene? No se sabe. ¿Cuán mal está? Tampoco. ¿Se recuperará? Lo saben muy pocos. Quizá Fidel Castro, su familia o funcionarios de Gobierno más cercanos. ¿Será candidato en 2012?, y de no serlo, ¿quién lo sustituirá? De su salud dependen las respuestas.

Su futuro está condicionado. Escapa de sus manos. En los auxilios de la ciencia y la ayuda divina reposa la reelección de Hugo Chávez. No puede negarlo aunque jure que “contra viento y marea” ganará la contienda para sentarse en Miraflores hasta el 2031.

Más de un año falta para que se mida en las urnas con el adversario de la oposición -si la contienda es convocada en diciembre- y lo que podría suceder con la aspiración del Presidente de la República puede predecirse desde ahora.

El destino de la revolución lo marcará “la organización y la movilización popular”, declaró el primer mandatario en entrevista con José Vicente Rangel el domingo, pero Édgar Gutiérrez, analista político, considera que es la recuperación de sus condiciones físicas las que labrarán su camino para la campaña.

Si se recupera emocionaría a los votantes y sus planes no sufrirían cambios. En caso de que continúe delicado para el comienzo de la campaña, invadirá los medios de comunicación para no perder seguidores. Su ausencia está entre las posibilidades pero significaría un riesgo ante la falta de un líder consolidado en las filas del Partido Socialista Unido de Venezuela. El retiro de su candidatura es la última opción. El transcurso de los días dibujará en definitivo ¿qué pasará con el Presidente?

Nada está definido. De su reacción a la quimioterapia, la popularidad podría aumentar o descender porque la enfermedad o las debilidades no favorecen, apuntó Luis Vicente León, presidente de Datanálisis. En cuatro espejos se vería el comandante el próximo año.

En cuatro escenarios

Recuperado

Es el mejor escenario para el Presidente. Si el tratamiento contra el cáncer en Cuba tiene efectos positivos y recupera todas sus condiciones físicas dejará atrás sus apariciones televisivas y “saldrá con más energía que nunca y renovado”. Su popularidad crecería. El camino a las elecciones sería favorable para él porque se generaría “solidaridad automática” en la población por su tenacidad para enfrentar la enfermedad.

Conmovería a los votantes como lo hizo desde aquella alocución en la que apeló al lado humano para anunciar sus problemas de salud. En este caso la oposición debe manejar una estrategia para responder a la victimización del jefe de Estado durante la campaña. ¿Cómo puede lograrlo la unidad? El politólogo, Édgar Gutiérrez responde que con un debate centrado en el terreno de los problemas de los venezolanos y no en la figura del mandatario.

Limitado

La falta de información sobre el diagnóstico del comandante e impacto que tendrá la quimioterapia, plantea la posibilidad de que si su mejoría no es plena o su tratamiento se extiende para el inicio de la temporada de campaña de 2012 intente “sobrellevarla en condiciones limitadas y con los rigores de una grave enfermedad”.

Mostrarse disminuido podría romper con el espíritu “invencible”. Persistir con la candidatura en condiciones de salud desfavorables, “sólo puede ocurrir si el Presidente no siente la seguridad de que algún sustituto pueda llevar su barco a buen puerto”. Si el escenario se convierte en realidad, Chávez estará obligado a desplegar una campaña virtual. Esta opción ofrecería ventajas a la oposición porque su abanderado podrá emprender una de las grandes concentraciones, enérgica y contacto directo. Al primer mandatario nacional le tocaría competir con un adversario de vitalidad. Sufriría los efectos que producen en las percepciones las debilidades.

Ausente

Sea por una convalecencia prolongada o porque pierda la batalla contra el cáncer; la ausencia de Hugo Chávez para los comicios presidenciales del próximo año es probable. Resultaría “fulminante para el oficialismo porque ninguna de sus figuras tiene la estatura de su principal líder, y cuando varios candidatos de la oposición ya superan a algunas de esas figuras sustitutas que se barajan en el chavismo”.

El futuro se tornaría peligroso, señaló Gutiérrez como consecuencia de la inestabilidad y los intentos de “atajos o manotazos” al tablero. “Para decirlo en otros términos; quizás conozcamos bien las pretensiones autoritarias de Chávez y hasta dónde este es capaz de llegar, pero no conocemos las pretensiones de los otros, que quizás sean más radicales”. La oposición deberá jugar al camino de la paz, la institucionalidad, la certidumbre y evitar “todo tipo de atajos, de los cuales se conoce sólo el comienzo, pero no su final ni su puerta de salida”.

Retirado

Es el escenario más sombrío para el Presidente. Causaría una “hecatombe”. Su reelección quedaría en un deseo pero aunque no participe directamente como candidato natural designará un abanderado alterno, cercano que contaría con el apoyo desde la “retaguardia” de un Chávez en Miraflores. Con este contexto se verá “como nunca antes todo el peso del Estado para lograr empujar a un candidato que no encarna todo el carisma de Chávez, pero que debe usar todos los recursos a su disposición para prolongar la vida del proyecto socialista”. La campaña deberá orientarse a la comparación de las cualidades de los verdaderos candidatos en contienda.

Si el jefe de Estado no retira su candidatura a pesar de que sus condiciones no lo favorecen, sería “suicida pensar que alguien con cáncer pueda soportar los rigores de una campaña electoral presidencial sin sufrir graves consecuencias en el intento”. Tiene la oportunidad de venderse como una proeza el hacerlo “pero hay realidades que van más allá de toda la propaganda que cuando golpean, lo hacen muy duro”.

¿Cómo responder estratégicamente?

Confrontar con el segundo y no con el primero. Un presidente enfermo que no puede participar de lleno sería “demoledor. El drama oficial sería algo nunca antes visto”.