La estrategia no es nueva. En los últimos siete años el Estado ha incrementado a paso firme sus importaciones y las compras al exterior del sector público se disparan desde 17,6% del total en 2006 hasta 33,8% al cierre de 2010.
«Es importante destacar los cambios graduales en la estructura de las importaciones venezolanas a favor del sector público, dado que por quinto año consecutivo éstas muestran participaciones porcentuales cada vez mayores», dice Nelson Merentes, presidente del Banco Central, en su mensaje anual.
Lo ocurrido el año pasado es ilustrativo en cuanto al desplazamiento que viene haciendo el Estado del sector privado en distintas áreas de la economía.
Las importaciones públicas aumentan 33,8% en 2010 para ubicarse en 12 mil 864 millones, mientras que las empresas del sector privado disminuyen sus compras al exterior en 13%.
Si bien en este resultado influye el descenso del consumo en una economía que acumula seis trimestres de retroceso, también tiene peso la estatización de empresas y la decisión del Gobierno de recurrir a importaciones desde Argentina y Brasil para abastecer la red de establecimientos que vende alimentos a bajo costo.
Gracias al ingreso de petrodólares el Estado dispone de suficientes divisas para llevar adelante un masivo plan de importaciones de alimentos y medicinas, el inconveniente es que esta táctica desestimularía la producción en el país.
Un factor que juega en contra de la producción nacional es que el Gobierno mantuvo fijo durante largo tiempo el precio del dólar a pesar de que la inflación venezolana es de las más elevadas del mundo.
El resultado es que la moneda está sobrevaluada, es decir, lo que se compra con 4,30 bolívares dentro del país es mucho menos de lo que se adquiere con un dólar en el exterior.
Así, se crea un fuerte estímulo para importar y problemas para que la empresa nacional, que tiene que competir con productos extranjeros más baratos, crezca adecuadamente, genere empleo y diversifique las exportaciones del país.
En un informe fechado el 10 de enero Barclays Capital afirma que la sobrevaluación continúa presente a pesar de la reciente devaluación del bolívar que incrementó el tipo de cambio para medicinas y alimentos desde 2,6 bolívares por dólar hasta 4,30 bolívares.
Barclays afirma que el tipo de cambio de equilibrio es de 6,35 bolívares por dólar, es decir, la moneda venezolana está sobrevaluada en el orden de 32,3% a pesar del ajuste cambiario.