A criterio de economistas este plan no solo implica que se fijará el precio de los alimentos sino que el Estado asume las redes de intermediación comercial y establece cuotas de compra por familias. “Se recurre al modelo cubano de la Junta Central de Planificación que impone cuánto debe ser la oferta y la demanda para cada hogar”, asegura el economista José Guerra.
En Cuba se habla de consumo normado de bienes, y se rige mediante el uso de una libreta de abastecimiento como un instrumento en el cual el Estado provee los bienes y determina las cantidades.
“En la Unión Soviética un mercado planificado le imponía a la familia qué y cuánto debía comer en función de las necesidades nutricionales”, dijo el experto Gustavo Rojas.
Una fuente vinculada al Gobierno justificó “que el Gobierno asuma el control y fije las pautas porque los privados no están en capacidad de hacerlo”.
El Nacional