El Senado aprobó la reforma en diciembre pasado y ayer lo hizo la Cámara de Representantes. La cámara alta prevé votar el plan de enmiendas antes del viernes, cuando comienza el receso legislativo de dos semanas por la Semana Santa.
Esta reforma aplicará paulatinamente durante diez años elementos principales como la ampliación de la cobertura médica a 32 millones de estadounidenses, o el 95 por ciento de las personas menores de 65 años que carecen de seguro.
Exige que para 2014 la mayoría de los estadounidenses compre un seguro de salud o pague una multa anual que oscila entre 95 y 695 dólares para un individuo, y de hasta 2.085 dólares para familias.
Establece «intercambios de seguro de salud», a través de los cuales los desempleados y familias pobres podrán comprar seguro con subsidios federales, y otros «intercambios» para las pequeñas empresas, a partir de 2014.
Prohíbe que las aseguradoras nieguen cobertura médica a niños con condiciones médicas preexistentes, seis meses después de que entre en vigor la reforma, y prohíbe que nieguen esa cobertura a personas que se enfermen o padezcan condiciones médicas preexistentes, a partir de 2014.
Los padres de familia podrán incluir a sus hijos en un plan médico familiar hasta que cumplan 26 años, a menos que éstos reciban cobertura a través de sus empleadores.
Amplía el programa de Medicaid para incluir a más gente pobre (16 millones de personas adicionales), aunque deja en pie la espera de cinco años a los inmigrantes legales para entrar a ese programa. También excluye a los indocumentados de los «intercambios de salud», aunque estos paguen de su propio bolsillo.
Alrededor de cuatro millones de ancianos y jubilados recibirán este mismo año 250 dólares para cubrir las recetas médicas cuando hayan agotado esos beneficios en el programa Medicare.
Las empresas con menos de 50 trabajadores no afrontarán multas si no ofrecen seguro médico, pero las que tengan más de 50 empleados y no lo ofrezcan deberán pagar una multa anual de 2.000 dólares por cada empleado si éste solicita subsidios federales para comprar un seguro.
Ofrece desgravaciones de hasta el 35 por ciento en sus costos de salud a empresas que ofrezcan seguro y tengan menos de 25 empleados y salarios promedio de menos de 50.000 dólares.
Prohíbe que las aseguradoras cancelen un seguro médico de forma retroactiva, excepto en casos de fraude.
Exige que las aseguradoras presenten informes sobre cuánto invierten en cuidado médico y cuánto en gastos administrativos, como parte de una mayor vigilancia del Gobierno en torno a los costos de salud.
En 2013, aumentará los impuestos de Medicare para los más ricos e incrementará en un 3,8 por ciento los gravámenes sobre las ganancias por inversiones y plusvalías, intereses y dividendos de individuos con ingresos de 200.000 dólares y de familias con ingresos superiores a los 250.000 dólares.
Incluye medidas para combatir el fraude y el derroche de fondos públicos en los programas de Medicare y Medicaid.
Prohíbe el uso de fondos públicos para la práctica de abortos, salvo en casos de violación, incesto o que peligre la salud de la mujer. Ningún seguro médico tendría obligación de cubrir gastos de aborto.
Generará una reducción neta en el déficit federal de al menos 143.000 millones de dólares en los primeros diez años de vigencia.
nh / Reporte360