San Benito, Patrón de Palermo, era hijo de negros esclavos manumitidos. Nació entre 1524 y 1525 en el pueblo siciliano de San Fratello, murió a finales del siglo XVI (1589) en la ciudad de Palermo.
Procesión, gaitas, misas y rezos acompañan la celebración al Santo, a quien se les hacen ofrendas al ritmo de tamboras, por los favores recibidos. Así es como el fervor se engrandece cada vez entre los creyentes, quienes pagan sus promesas, claman por salud y protección entre otras peticiones.
En algunas familias, la ferviente creencia hacia el Santo Negro les permite asociar las festividades en su nombre son asociadas a las celebraciones decembrinas, por lo cual es frecuente que se incluya en gaitas; pero es el Chimbangle el ritmo original.
La historia cuenta de la protección que dio San Benito los pobladores sometidos por los españoles en tiempos de colonización, al bajar en nube de pólvora para infundirles valor. Su ayuda y protección se celebra desde entonces, y se le rinde culto.
Aunque la tradición en la celebración hacia el Santo, puede varíar de acuerdo al lugar en donde se celebra en grande en el Sur del Lago de Maracaibo. En esa zona, la imagen es venerada con más notoriedad que en otros lugares del estado, y se adorna su altar con flores ornamentos para agradarlo.
En los pueblos de África, como Nigeria, San Benito también es adorado, pero es conocido como Ajé. Los ritos involucrados en la celebración en homenaje a la divinidad incluyen baile y música con el tambor como instrumento emblemático.
El Zulia está de fiesta y se viste para rendir honores al Santo Negro, celebración a la que se unen distintas personalidades zulianas, pero principalmente el pueblo creyente que enaltece a quien no lo desampara.