El responsable de la comuna litoral de Plaquemines (Louisiana), Billy Nungesser, había denunciado la llegada de las primeras manchas de petróleo a la costa el 30 de abril.
Por su parte, el portavoz de BP John Curry dijo que tres equipos de intervención de urgencia fueron enviados a la isla, que queda a 50 km de la costa, y están desplegando material inflable en un intento por captar parte de la mancha.
Mientras, una estructura en forma de cúpula destinada a contener el derrame llegó este jueves al sitio donde el pozo dañado ha estado despidiendo millones de litros de crudo al Golfo de México.
La cúpula de contención de 100 toneladas –-un silo blanco con un techo en forma de domo de cinco pisos de alto— fue trasladada en la barca «Joe Griffin» al epicentro del desastre, a 80 km de la costa de Luisiana, dijo el suboficial de la Guardia Costera Brandon Blackwell.
La estructura será bajada al fondo del mar este jueves, unos 1.500 m bajo la superficie, para permitir que el crudo que se escapa del pozo sea bombeado hacia un barco petrolero en las cercanías, según la BP, operadora de la plataforma que originó el desastre.
La laboriosa tarea de transportar el domo, descenderlo sobre la filtración y sujetarlo al barco tomará cinco días.
BP y la Guardia Costera subrayan que la operación, que nunca se ha intentado a tanta profundidad, no necesariamente evitaría el desastre ecológico y económico que amenaza reservas naturales pantanosas y hábitats pesqueros.
La firma, que logró sellar uno de los tres puntos de pérdida, también utiliza submarinos robotizados para monitorear el flujo de petróleo en los otros dos puntos, perfora un pozo de emergencia –un operativo que tomará tres meses en completarse–, lanza dispersantes sobre el petróleo y despliega una barrera flotante para proteger la costa.
Una preocupación es el impacto del crudo tóxico en las playas y reservas naturales de Florida, como las de los cabos y el santuario marino de las islas Dry Tortugas, que incluyen algunos de los mayores y mejor preservados arrecifes de coral en el mundo.
«Sería trágico si la contaminación aún indirectamente afecta el coral», dijo Diego Lirman, experto en corales en a Universidad de Miami.
La empresa Transocean, propietaria de la plataforma explotada por BP, dijo que «en este momento» no sabe las causas del desastre, y que tiene previsto destinar 200 millones de dólares a enfrentar sus costos.
Se estima que más de 9 millones de litros de crudo han entrado al mar desde el hundimiento de la plataforma el 22 de abril, que dejó 11 operarios muertos.
Mientras, la secretaria de Seguridad Interior estadounidense, Janet Napolitano, dijo que no está claro cuál será el alcance del desastre.
«La posibilidad existe aún de que esta marea negra se transforme en una catástrofe ecológica inédita. La posibilidad existe también de que sea menor a lo previsto. No queremos predecir el apocalipsis», declaró.
gb / Reporte360