El vencedor de los comicios presidenciales en Colombia afrontará el gran reto de obtener la confianza de Venezuela y Ecuador

   La situación se presenta particularmente difícil para el candidato del gobernante Partido de la U, Juan Manuel Santos, ya que los mandatarios de Venezuela, Hugo Chávez, y de Ecuador, Rafael Correa, han expresado sus reparos ante una eventual victoria del que fuera ministro de Defensa del actual presidente, Álvaro Uribe.

Santos «no solo sale de menos cero» sino de un «historial bastante negativo», lo que hace «muy difícil» reconstruir esos lazos «dado el nivel profundo de desconfianza hacia su figura» tanto en Ecuador como en Venezuela, dijo la analista política Arlene Beth Tickner, de la Universidad de Los Andes.

Esa candidatura ha despertado la polémica en los países vecinos, ya que Correa piensa que la victoria de Santos supondría «un problema» para restablecer las relaciones bilaterales, rotas desde marzo de 2008, y también por el juicio abierto contra él en Ecuador.

Y Chávez, tras calificar a Santos de «amenaza militar» y «ficha del imperio yanqui», afirma que no le recibirá en Venezuela si fuera el próximo presidente colombiano.

Santos y el candidato del Partido Verde, Antanas Mockus, con un empate técnico en intención de voto, según las últimas encuestas, son los favoritos a pasar a una segunda vuelta electoral, prevista para el 20 de junio.

En opinión de Tickner, si Mockus es elegido presidente «no partirá de un sesgo negativo», pero, aun así, considera que un «acercamiento rápido» con Venezuela «es virtualmente imposible dado el nivel tan agudo de deterioro» en la relación bilateral.

En Colombia hay una «identificación creciente de Chávez como enemigo» y se ha ido generando la idea de que «apoya directamente a las FARC», e incluso de que podría «orquestar una invasión» a Colombia, argumentó la analista para justificar que cualquier de los dos candidatos lo tendrá difícil con respecto a Venezuela.

Una opinión con la que coincide la fundación colombiana Progresar, que asegura que en la última década 16.000 personas han sido asesinadas y 1.800 desaparecidas en la frontera colombo-venezolana.

Según esa organización no gubernamental, el enfrentamiento político entre Uribe y Chávez, quien «congeló» la relación bilateral el año pasado, «ha creado un manto de oscuridad» sobre la situación en la frontera común, donde el tráfico de drogas, el contrabando, la extorsión y el secuestro «son el pan nuestro de cada día».

El comercio ha resultado muy perjudicado, con una caída de las exportaciones colombianas a Venezuela del 72% en el primer trimestre de 2010, lo que ha llevado al Gobierno de Uribe a fortalecer otros mercados.

Para Tickner, el próximo presidente debe «adoptar explícitamente compromisos mucho más claros de no intromisión en asuntos internos de otros países» y dar «garantías» de que EE.UU.no usará las bases colombianas incluidas en el acuerdo militar suscrito en octubre pasado para fines distintos a la lucha antidrogas y el terrorismo.

ba / Reporte360