En ese lapso, el país ha invertido millones de dólares en publicidad y ostentado más de 30 slogans diferentes, desde “Venezuela un País para Querer”, pasando por “Venezuela Tuya” , “Venezuela el secreto mejor guardado del Caribe” hasta “Elige Venezuela” ó “Venezuela: Donde renacen los Sueños”. Pero, los turistas internacionales nunca llegan.
Asimismo, en estos años, para movilizar a los turistas internos, los gobiernos han empleado diferentes estrategias, desde los campamentos vacacionales, como “Los Caracas”, “Las Cabañas de Cata”, la socialización de las playas privadas y las llamadas rutas sociales que se iniciaron con la “Ruta del Turpial” y la “Ruta de la empanada”.
Por otra parte, las cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE) revelan que los logros alcanzados en la captación de turistas foráneos han sido poco significativos. Y en lo que se refiere al turismo interno, sólo a partir del 2004 se percibe un crecimiento en el número de visitantes.
Turistas y visitantes “un solo saco”
Las estadísticas oficiales muestran una mejora sustancial en lo que respecta al aumento de los flujos nacionales. Pero, dado que no se ha producido un incremento en el número de instalaciones y plazas dormitorios, la mayoría de esos flujos son visitantes que van y vienen; sin pernoctar. Por lo tanto no son turistas formalmente hablando, sino visitantes. Por otra parte, esos indicadores muestran que la cantidad de turistas internacionales es casi la misma de 1998 con leves variaciones (750.000).
La reducción del número de camas, generada por la eliminación del Macuto Sheraton, el Meliá Caribe y el Hotel Maracay. Sin que se hayan construido otros hoteles para sustituirlos, más el deterioro de los servicios básicos, generan un escenario poco atractivo para el desarrollo turístico, a pesar de los excelentes atractivos y del aumento de los visitantes nacionales.
En consecuencia, la actividad turística en Venezuela no ha alcanzado las expectativas que tenía en 1976, pero ha acumulado una experiencia valiosa y el país mantiene su potencial turístico; debido a los grandes recursos naturales, culturales y humanos que posee.
Por Alonso Camacaro
El Aragüeño