Recordemos que dentro de los síntomas de esta enfermedad se cuenta la fatiga, dolor corporal y articular, flojera muscular y de otros tejidos. Además, la fibromialgia se da con mayor frecuencia en las mujeres, y de mediana edad.
El Tai Chi, por su parte, es una milenaria práctica de origen oriental que combina meditación con movimientos medidos y lentos, respiración profunda y conciente, y relajación.
El estudio, liderado por el doctor Chenchen Wang, se realizó sobre 66 pacientes con fibromialgia, a algunos de los cuales se les asignó ejercicios de Tai Chi, y a otros, sólo se les instruyó para llevar una vida de mayor bienestar y se les dio ejercicios de estiramiento dos veces por semana. El estudio se prolongó por unos tres meses.
En el Grupo que realizó Tai Chi los síntomas mejoraron significativamente, mientras que en el otro, sólo se observaron pequeños avances. En el primero, se registraron mejoras en cuanto al dolor, estado de ánimo, calidad de vida, sueño y capacidad de ejercitación, efectos que se mantenían incluso hasta 24 semanas después del comienzo del estudio.
Estos resultados salieron publicados en la última edición de la revista New England Journal of Medicine.
En una editorial de la publicación, dos médicos y un especialista en medicina oriental del Centro Médico Beth Israel Deaconess, en Boston, calificaron los resultados de ‘estimulantes’ y ‘notables’, no obstante, dijeron que no está del todo claro en qué medida el beneficio se debe al efecto placebo y añadieron que sería necesario ampliar la muestra de pacientes, es decir, repetir la experiencia con más cantidad de personas.
El principal patrocinador del estudio fue el Centro Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa, del gobierno estadounidense.