El Solar Impulse 2 emprendió de nuevo este lunes el vuelo desde Japón, donde tuvo que esperar un mes a que mejoraran las condiciones meteorológicas, con destino Hawái, en la etapa más difícil de esta aventura sin precedentes.
“André Borschberg vuela hacia Hawái”, anunció el equipo en su página web ocho horas después de que el piloto despegara desde Nagoya (centro de Japón).
“Preferimos esperar a que superara el punto de no retorno antes de comunicarlo”, escribieron los organizadores en un correo electrónico.
“El tiempo es bueno”, declaró un miembro de la tripulación durante la transmisión en directo en internet.
El avión, pilotado por Borschberg, de 62 años, emprendió hacia las 03h04 locales (18H04 GMT) desde Nagoya un viaje de cinco días y cinco noches de un total de 7.900 kilómetros, declaró a la AFP Elke Neumann, portavoz de la misión.
“Hemos pasado la noche con el equipo para tomar la decisión más difícil del proyecto: seguir hacia Hawái”, explicó en Twitter el otro piloto del avión impulsado con energía solar, Bertrand Piccard.
“Las últimas diez horas han sido terribles porque teníamos dos sistemas que funcionaban mal, pero hemos resuelto los problemas y hemos decidido lanzarnos porque hace buen tiempo, el avión vuela y André está en forma”, añadió.
Según el plan de vuelo presentado a las autoridades japonesas, el Solar Impulse “se dirigirá primero al sur y después al este, antes de subir hacia el norte para evitar las nubes”, explicó un funcionario del ministerio de Transportes.
“Como este avión vuela muy lento, a una velocidad media de 70 km/h, no sabemos hasta dónde llegará”, agregó.
El Solar Impulse 2 tuvo que interrumpir su vuelo entre Nankín (este de China) y Hawái a causa del mal tiempo y se posó en Japón en la madrugada del 2 de junio.
Desde entonces trató de proseguir vuelo en varias ocasiones, pero la temporada de lluvias y un denso frente nuboso se lo habían impedido hasta el domingo.
La decisión de emprender vuelo ha sido muy compleja, debido a numerosos parámetros técnicos. “Es muy complicado prever la meteorología que habrá más allá de cinco días”, ha recordado en varias ocasiones el equipo.
Sin embargo, el avión solo tenía hasta el 5 de agosto para empezar la travesía de los 7.900 km que separan Nagoya de Hawái debido a que es frágil y no soporta ni el calor excesivo ni la lluvia ni las perturbaciones.
– ‘La hora de la verdad –
La mayor dificultad era encontrar un “pasillo” para atravesar el denso frente nuboso que va desde Taiwán a Alaska. “La única forma de conseguirlo con nuestro avión es encontrar un sitio donde este frente es mucho menos espeso”, explicó la semana pasada André Borschberg a la AFP.
“Es el momento de la verdad para el proyecto y para nuestro equipo”, dijo el piloto. “Este avión es como una joya. Vuela realmente bien. Se comporta muy bien. No queremos perderlo por una decisión estúpida”, sostuvo.
El piloto se ha preparado meticulosamente para esta prueba de resistencia, igual que su compañero Bertrand Piccard. Cada uno ha desarrollado su método.
“El objetivo es sentirse a gusto para ser capaz de aceptar mentalmente, e incluso amar, estar en este cabina durante tanto tiempo”, explicó Borschberg.
“Dormimos por periodos de 20 minutos, y como no basta, utilizo técnicas de yoga y meditación y mi socio la autohipnosis para relajarnos”, contó.
El Solar Impulse 2 salió el 9 de marzo de Abu Dabi para dar una vuelta al mundo de 35.000 kilómetros, una aventura destinada a promover el uso de las energías renovables, en particular la energía solar.