Ni 45 minutos en superioridad numérica, por la expulsión de Roman Sharonov al borde del descanso, le sirvieron al equipo madrileño para levantar el 0-1 de Gokdeniz Karadeniz al comienzo del encuentro ni para minimizar un resultado horrible, que le obligará a ganar en la vuelta del próximo jueves en el estadio Luzhniki de Moscú, aún más con el surrealista, incomprensible y ridículo segundo tanto.
A los cinco minutos, el Atlético ya se encontró con el peor escenario: un gol en contra, anotado por Gokdeniz Karadeniz, que aprovechó un rechace de Sergio Asenjo a disparo del venezolano Salomón Rondón (0-1), y un oponente dispuesto a presionar cada acción del equipo madrileño, sin margen para pensar con el balón.
Lo notó el conjunto rojiblanco, que chocó contra el entramado defensivo del Rubin. Repliegue intensivo, ayudas constantes -hasta dos e incluso tres futbolistas rodeaban a los jugadores rojiblancos cuando tenían la pelota cerca del área- y ningún riesgo atrás dieron consistencia al trabajado planteamiento de su adversario ruso.
Apagado por las bandas, cerrado por el centro, el Atlético se atascó en ataque toda la primera parte. Y sufrió en defensa, porque el Rubin, sin demasiados alardes, aprovechó los momentos de descontrol atrás de los locales para poner a prueba a Asenjo, atento para detener un amenazante control dentro del área de Rondón.
El Atlético no era el Atlético tan solvente de este curso en su estadio y el Rubin sí era el bloque esperado en su retaguardia, rocoso, incansable e inabordable toda el primer tiempo, concluido con la única buena noticia hasta ese momento de la noche para el equipo rojiblanco: la expulsión por doble amarilla de Sharonov.
Se pasó de revoluciones el central visitante. En el minuto 15 derribó sin contemplaciones a Cristian Rodríguez en carrera; en el 45 cortó en falta, sin opción de jugar la pelota, la penetración por un lateral del área de Falcao. Dos amarillas, expulsión y 45 minutos de superioridad numérica para un Atlético obligado a reaccionar.
Movió ficha el argentino Diego Simeone el descanso. Entró Koke por Mario Suárez. En otro bando, el Rubin prosiguió con su partido, ahora, con uno menos, más atrás, más junto en su campo, limando cada minuto a la carrera contrarreloj del conjunto rojiblanco por un resultado menos malo para el encuentro de vuelta del próximo jueves.
No hallaba la fórmula para entrar en la defensa rival. Probó Cristian Rodríguez desde lejos, acumuló saques de esquina, presencia ineficaz en terreno contrario, del que ya no hacía ni intención de salir el conjunto ruso, el portero Ryzhikov se encontró con un cabezazo de Tiago y Simeone cambió al Cata Díaz por Raúl García.
Más ataque contra el muro del equipo ruso, en un partido que ya parecía de balonmano y solo en campo visitante, pero sin lanzamientos, porque ni el Rubin descuidaba su fortaleza ni el Atlético lograba la solución al problema planteado por su rival, salvo en disparos desde fuera del área despejados por Ryzhikov.
Necesitaba algo más el Atlético, al que no le acompañó tampoco la suerte, en un remate de Falcao contra el larguero o en dos ocasiones inmejorables de Adrián y Cristian Rodríguez, en un encuentro en el que el Rubin impuso su fortaleza defensiva y logró aún más premio, cuando Asenjo subió a rematar un saque de esquina y Orbaiz aprovechó la contra para marcar a puerta vacía.
Ficha técnica
0 – Atlético de Madrid: Asenjo; Juanfran, Cata Díaz (Raúl García, m. 60), Godín, Filipe (Saúl, m. 65); Tiago, Mario (Koke, m. 46); Arda, Adrián, Cristian Rodríguez; y Falcao.
2 – Rubin Kazan: Ryzhikov; Ansaldi, Sharonov, César Navas, Marcano; Natcho, Orbaiz; Kislyak, Eremenko, Karadeniz (Kuznin, m. 87); y Rondón (Dyadyun, m. 84).
Goles: 0-1, m. 5: Karadeniz aprovecha un rechace de Asenjo a tiro de Rondón. 0-2, m. 95: Orbaiz, a puerta vacía tras subir Asenjo a rematar un saque de esquina.
Árbitro: Istvan Vad (Hungría). Expulsó por doble amarilla a Sharonov (m. 15 y m. 45), del Rubin Kazan. Amonestó al local Falcao (m. 82) y a los visitantes Ryzhikov (m. 63) y Dyadyun (m. 86).
Incidencias: partido de ida de los dieciseisavos de final de la Liga Europa, disputado en el estadio Vicente Calderón ante unos 25.000 espectadores.