Hay quienes lo definen como una palma, o simplemente como la sonrisa de la noche. Lo cierto, es que a simple vista sus luces parecen emerger del mar y concluir en él.
Un equipo reporteril del Noticiero Venevisión, viajó por cielo, mar y tierra hasta llegar a Ologa, un pueblo al sur del Lago de Maracaibo donde se puede apreciar con facilidad este fenómeno meteorológico.
Expertos han asegurado que hace 500 años los nativos de este lugar señalaban que el fenómeno se trataba de un contacto con los humanos, y el cual sirvió de guía a los primeros exploradores de esta zona.
“La lluvia de relámpagos” como suelen llamarla tiene una recurrencia nocturna de entre 8 y 9 horas, de 140 a 160 noches al año. Erick Quiroga, ambientalista, asegura que 10 minutos de recurrencia de este fenómeno genera la energía necesaria para encender todas las bombillas existentes en Suramérica.
Para los pescadores, la aparición de estos relámpagos aportan un beneficio a su labor, pues destacan que hace que los peces se reúnan ayudando a obtener más peces de lo habitual.
El parque nacional La Ciénaga de Juan Manuel, cuna de este fenómeno, alberga una variedad de especies, es un ecosistema único en el mundo. Incluso sus características inciden en una de las hipótesis, refiriendo que la emanación de gas metano de sus suelos pantanosos originan el relámpago.
Asimismo, aseveran que esta lluvia de luces contribuye con la regeneración de la capa de ozono por ser la primera tormenta eléctrica del planeta, versión que no ha sido comprobada.
Sin duda, este fenómeno natural pudiera significar un gran atractivo turístico a nivel mundial a fin de contribuir con el desarrollo sustentable de la zona.