Así lo anunció hoy la firma inmobiliaria Bruce Ratner en un comunicado, en el que detalló que el rascacielos de 76 plantas y 903 apartamentos, recién acabado la calle Spruce, en el sur de la isla de Manhattan, va a empezar a recibir ya la visita de los primeros interesados en alquilar alguno de sus lujosos apartamentos.
Los interesados podrán visitar la planta 37 del impresionante inmueble, de un sofisticado diseño exterior caracterizado por su cubierta metálica ondulada, para ver 18 de los 200 tipos de apartamentos diferentes que hay en el inmueble, diseñados también por Gehry.
«Espero que les gusten», apuntó el reputado arquitecto en el citado comunicado de prensa sobre la apertura de puertas de un rascacielos que oficialmente se llama Beekman Tower y que ya modificado notablemente el «skyline» de Manhattan gracias a su ondulado y dinámico perfil.
«Sabíamos que la primera torre de Frank transformaría el horizonte de la ciudad y sentirlo así era importante para lograr que el edificio llevara el sello indeleble de Frank Gehry», dijo el promotor. «Estamos encantados de que haber conseguido hacer realidad su visión y alcanzar un nivel de excelencia que eleva el listón».
Aunque no se facilitaron precios, la agencia Forest City Ratner ya apuntó en su día que estos oscilarían entre los 4.000 y los 15.000 dólares mensuales, que incluyen el disfrute de lujosos servicios y zonas comunes como una espectacular azotea, cuarto de juegos, piscina, gimnasio, sala de proyecciones y espacio de recreo infantil.
Varios blogs inmobiliarios de la ciudad aseguraban ayer que los precios previsiblemente batirán récords en Nueva York y apuntan por ejemplo que los estudios más sencillos costarán un mínimo de 2.630 dólares al mes, los apartamentos de una habitación a partir de 3.580 dólares y los de dos habitaciones 5.945 dólares.
Gehry asegura que el diseño «ha buscado siempre garantizar una alta calidad de vida de las personas que vivan en el interior. Los ventanales dan a todos los apartamentos una luz maravillosa y la sensación de ‘entrar en el espacio’ y ser aceptado por la energía y vitalidad de Nueva York».