“El pitcheo hizo el trabajo para abrir y mantener los juegos. Todos nuestros abridores fueron más allá del tercer inning (un logro por tratarse de la primera semana en la que los lanzadores no están preparados para hacer una gran cantidad de envíos) y el relevo hizo lo suyo”, comentó el piloto sobre un cuerpo de lanzadores que dejó efectividad de 3.33 en los primeros cinco días de campeonato, mejor que cualquiera de las otras novenas que hacen vida en la LVBP.
Lo único que parecía faltarle a los escualos desde la lomita en las primeras de cambio, fueron esos hombres que hicieran la transición de los abridores a los cerradores, esos que fueron castigados en Puerto La Cruz, en la serie de tres juegos ante Caribes.
Sin embargo, en los últimos dos partidos, la fórmula de Davalillo comenzó a funcionar (pese a que Enrique González desperdició una oportunidad de salvar el domingo ante Bravos de Margarita).
“Lo que pasa es que está comenzando la temporada y uno trata de darle participación a todos los jugadores. Pero ya más o menos tenemos conformado un posible grupo de relevistas para esta semana, en el que debería estar más tranquilo el bullpen”, explicó el estratega salado. “Lo bueno es que a pesar de que todos trabajaron, trabajaron poco”.
El único relevista que escapa de ese grupo es González, quien trabajó por 4.2 actos.
“Con Enrique vamos a tener que conversar para darle un poco más de tiempo libre porque terminó la semana lanzando demasiado, claro había necesidad de preservar la victoria, pero me preocupa algo su brazo ya que es muy temprano y ha lanzado muy seguido”, dijo Davalillo.
Pero no todo fue pitcheo, para Davalillo los bateadores también hicieron lo suyo.
“La ofensiva hizo las carreras necesarias para ganar, incluso se remontó un juego que estábamos perdiendo”.