Forma parte del municipio insular Almirante Padilla y su población es mayoritariamente indígena. Está a escasos 10 minutos de la isla de San Carlos y uno de sus atractivos es el torreón, llamado en tiempos de la colonia Fuerte de Nuestra Señora del Carmen y Santa Rosa de Zapara.
Francisco «Piñita» Rodríguez es considerado el cacique de la isla. Vive de las ganancias que le proporciona un restaurante que abrió «hace unos años». Tanto les gusta el paraje que su hija Tibisay Rodríguez manifiesta que no se mudarían nunca de allí.
Zapara está habitada por menos de mil personas. Se dedican a la pesca y de lo que ofrece el turismo. «Ellos son los que disfrutan», dice «Piñita» refiriéndose a los temporadistas.
Cada fin de semana alberga cerca de 50 turistas. Toman la lancha en el muelle de El Moján, en el municipio Mara, y tardan, aproximadamente, 20 minutos en llegar.
La embarcación los deja en la parte sur de la isla, en el Lago, y deben caminar un kilómetro hasta llegar a las costas del Mar Caribe. En el trayecto se ven niños sobre burros, el torreón y el horizonte amarillo que regalan las dunas.
A 10 minutos de Zapara está la isla de San Carlos. Para llegar allí sólo hace falta tomar una lancha en El Moján .
En el lugar, famoso por el castillo y su playa cristalina, hay expendio de licores, restaurantes, posadas, tascas y hoteles.
A diferencia de San Carlos, Zapara es un sitio inhóspito y recomendado para el turismo aventurero. No tiene electricidad y sólo cuenta con una posada. No hay servicios básicos y los pobladores se ayudan con el comercio.
Castilletes. Castilletes es el punto más al norte de Venezuela. Allí está el Hito número 1, que delimita la frontera con Colombia.
Eleazar López Contreras inauguró el primer comando de frontera en esa zona.
Está a 200 kilómetros de Maracaibo y para llegar se necesita un vehículo rústico. Son kilómetros de costa virgen e infinitos recursos naturales que aún no han sido explotados.
La zona pertenece al municipio La Guajira y en las temporadas de asueto recibe decenas de visitantes.
Durante la pasada Semana Santa la región fue visitada por 80 mil temporadistas, según cifras suministradas por voceros de la alcaldía.
En Castilletes la población es muy reducida y la mayoría pertenece a la etnia wayuu.
DATOS
Castilletes, con una costa aproximada de 150 kilómeros, tiene apenas 50 habitantes. Viven de la pesca y cerca del puesto de la Guardia Nacional. El recorrido desde Maracaibo toma cuatro horas en vehículo rústico.
La isla de San Carlos recibe un promedio de 500 visitantes los fines de semana.
En la isla de Zapara residen 940 personas y 60% de su población vive de la pesca. Al lugar llega un promedio de 50 temporadistas semanales.
El pasado oscuro del Castillo de San Carlos
Frente al Castillo de San Carlos de la Barra se selló la independencia de Venezuela, pero su pasado reciente es mucho más oscuro.
Los niños guías cuentan la historia del lugar en detalle. Los menores están atentos a la llegada de los visitantes y cautivan con el relato de los recovecos históricos del sitio.
El 17 de diciembre de 1902 barcos de las flotas de las potencias europeas (Alemania e Inglaterra) fueron repelidos desde el Castillo San Carlos cuando estos países bloquearon las costas venezolanas en reclamo por el pago de deudas.
En respuesta al ataque, el lugar fue bombardeado por la escuadra alemana en 1903.
Años más tarde la fortificación, edificada en el siglo XVII, fue utilizada como cárcel y sitio de tortura a los opositores del dictador Juan Vicente Gómez.
Los niños señalan, como parte curiosa del paseo, los huecos en los muros donde los prisioneros dejaron sus uñas en sus intentos por abrir boquetes y huir.
A mediados de la década de los 60 el castillo fue reacondicionado y declarado patrimonio histórico nacional.
Durante la colonia, y como lo recuerda el Acervo Histórico del estado Zulia, el Castillo de San Carlos protegía Maracaibo de los ataques de piratas.
Aunque la ciudad fue asediada por los bucaneros otros fueron resistidos por el fuego de los cañones.
El museo abre todos los días y guarda importantes piezas de la independencia y acontecimientos posteriores.
Desde las 9 am se puede ingresar a la fortificación y pagar un máximo de cinco bolívares para dar un paseo.
Se pueden observar las viejas piezas restauradas, los calabozos, la zona de los oficiales y la terraza, desde donde se puede ver el faro de San Carlos y la unión entre el Lago de Maracaibo y el Mar Caribe.
Francisco Rodríguez, residente del municipio Almirante Padilla, asegura que el Castillo de San Carlos es uno de los atractivos bellos de la zona.
Su color amarillento conduce al pasado alrededor de la costa y con las puestas de sol a uno de sus costados.
Médanos de grandes «conchales» de Zapara
Un grupo de investigadores del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas halló pruebas de una civilización que vivió en Castilletes hace más de seis mil años.
Aunque no se han descrito las cualidades de esta civilización desconocida para los pobladores, se determinó que los grandes médanos de esa zona cubren grandes montañas de conchas marinas que fueron utilizadas como alimentos para toda una población.
Se busca declarar a Castilletes como patrimonio de la Humanidad, para preservar estas pruebas de vida, que serían unas de las más antiguas del mundo, dijo la bióloga Esther Sánchez.
La zona está delimitada para evitar su deterioro. La edad de los «conchales» se determinó tras una prueba de Carbono 14, que se encarga de verificar el grado de esta materia en cada evaluación y así determinar su edad.
Atardeceres en las dunas
Los pescadores de la isla de Zapara cobran hasta 20 bolívares por un paseo alrededor de las dunas.
Tibisay Rodríguez, residente y luchadora social de la isla, asegura que el mayor atractivo es el atardecer. «Un color naranja con rojo cubre los médanos. Se escuchan las olas y eso es lo que buscan los turistas. Son muy pocos los que vienen, pero saben apreciar la belleza de este pedazo de tierra».
Las lanchas salen desde el muelle de la isla; tienen capacidad hasta para 20 personas y salen a las 6 am y a las 5 pm. Quienes deciden viajar pueden pasear por la costa hasta que se esconde el sol.
También se puede llegar a los médanos a pie, pero bordear la playa tomaría más de una hora.