A continuación la columna completa:
Uno de los blancos al cual el comandante Hugo Chávez Frías disparó fuego de alto calibre en su primera y victoriosa campaña presidencial de 1998 fue el Impuesto al Valor Agregado, que en las postrimerías de la llamada Cuarta República llegó a empinarse sobre el 16 por ciento. No le faltaba razón a su argumento, tomado de los economistas opositores de la época, de que el IVA es un impuesto altamente regresivo pues pecha en la misma proporción a ricos y a pobres.
Por aquellos tiempos, el precio petrolero estaba en poco más de siete dólares por barril, aumentaba el endeudamiento externo y la inflación rondaba el 100 por ciento, aunque con el consuelo de que por los lados del cono sur la hiperinflación era hiperpavorosa.
No fue sino hasta 2004 cuando el ya presidente Chávez bajó la alícuota del IVA del 16 al 15 por ciento. En 2005 la redujo al 14 por ciento, en 2007 al 11 por ciento y en 2008 al 9 por ciento, la tasa más baja que ha tenido en su gobierno. Pero en 2009, para afrontar una crisis financiera y cuadrar las cuentas fiscales, el Presidente volvió a subir el IVA al 12 por ciento.
Tres años más tarde, con el inmenso y creciente caudal de petrodólares que hoy atraganta a las finanzas del gobierno central, es a todas luces inexcusable que el IVA permanezca en tan elevado nivel. Y no porque ya forme parte del paisaje y nos hayamos acostumbrado a él significa que los venezolanos estemos resignados a seguir pagando un impuesto tan alto e injusto. Sobre todo si el gobierno que lo aplica se proclama socialista. Ya sabemos que el IVA es el más capitalista de todos los impuestos capitalistas, pues a fin de cuentas engorda al estado y a los empresarios, que terminan asumiéndolo como parte de sus costos de producción y trasladándoselo a los desvalidos consumidores, cuyos modestos salarios u otros ingresos están cada vez más depauperados por el alto costo de la vida.
Breves
El exalcalde Juan Barreto estudia constituir una nueva organización política, tal vez bajo la denominación de Movimiento Radical. La decisión sería producto de sus profundas desavenencias con el Partido Socialista Unido de Venezuela. Eso sí, el controversial hombre público mantendrá resuelto apoyo al presidente Hugo Chávez Frías.
En vísperas del 23 de enero, el veterano Pompeyo Márquez sufrió una afección cardíaca que lo llevó a ser hospitalizado por varios días. El legendario “Santos Yorme” ya se encuentra en plena recuperación.
Si Pablo Pérez resultare derrotado en las primarias presidenciales de la oposición es muy probable que sustituya a Eveling Trejo de Rosales como candidato a la reelección en la Gobernación del Zulia. La salida es compartida por dirigentes del partido Un Nuevo Tiempo, quienes la consideran un premio a la gestión de Pérez y a su admirable campaña presidencial, además de una mayor garantía de victoria frente al chavista Francisco Arias Cárdenas.
Escuché al vicepresidente Elías Jaua referirse a la canciller colombiana como “la compatriota María Emma Mejías”. ¿Esa misma consideración no podría ser dispensado a los venezolanos que disienten del gobierno?
¡Baje el IVA, Presidente!
“Puño y Letra”
Por: Mario Villegas
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