Después de un tórrido verano, que batió todos los récords de temperaturas máximas (cerca de los 40 grados), los moscovitas tuvieron un otoño extraordinariamente suave y sólo a fines del mes pasado el mercurio de los termómetros comenzó a bajar hacia la cota de los cero grados.
Habitualmente, noviembre en Moscú es un mes de nieve y de temperaturas bajo cero.
En este comienzo de invierno en la capital rusa y sus alrededores la nieve brilla por su ausencia.
“Las temperatura que se registran hoy en Moscú están muy por debajo de las magnitudes habituales para esta época del año”, dijo a Efe un portavoz Centro Meteorológico de Rusia (CMR).
Según los registros del CMR, a comienzos de diciembre la temperatura en la capital rusa no suele caer por debajo de los 10 grados bajos cero.
Los pronósticos señalan que la ola polar, con cielos despejados, se mantendrá en Moscú al menos hasta viernes, cuando se espera que las temperaturas suban hasta los 12 grados bajo cero, y que sólo el sábado habrá nieve.