El Gobierno está obligado a pagar las importaciones al contado

   Si el Gobierno decide centralizar las compras de las toneladas que requiere la agroindustria privada del país se verá obligado a pagar al contado la mayoría de las importaciones de rubros alimenticios y materia prima.

El alza internacional de los precios de las principales materias primas agrícolas, aunado a la poca holgura que tienen los inventarios mundiales de la mayoría de cereales, grasas, lácteos y azúcar, hace reñida la competencia a los países con déficit e insuficiencia de rubros.

A esto se suma que los agentes comerciales internacionales no tienen confianza en el mercado venezolano, debido a los problemas de pago causados por las trabas que tiene el país con el control de cambio y la reciente devaluación. Con la eliminación del dólar a 2,60 bolívares para las compras externas de insumos alimenticios, muchas importaciones de 2010 quedaron pendientes y aunque estaban en proceso para ser pagadas a la tasa más baja, a algunas agroindustrias no se les ha reconocido hasta la fecha el diferencial cambiario pagado.

Otro de los inconvenientes que tiene el Ejecutivo es que al realizar directamente las importaciones, en vez de permitir que lo hagan las agroindustrias privadas, tendrá que desembolsar recursos millonarios que no están previstos ni presupuestados en este momento.

El Gobierno cuenta con 12,58 millardos de bolívares (2,95 millardos de dólares al cambio de 4,30 bolívares por dólar) parea alimentos, pero estos recursos sólo alcanzan para suministrar a Mercal, Pdval, Comerso y otras redes gubernamentales, y para ejecutar obras de ampliación con la inauguración de panaderías, carnicerías y otros comercios.

Si pretende centralizar las importaciones el Ejecutivo debe disponer de recursos adicionales no menores a 2,98 millardos de dólares, para pagar las compras externas de maíz amarillo, trigo, azúcar crudo, leche en polvo, grasas y aceites, sin incluir costos de flete y seguro de los embarques internacionales.

El Estado tendría que poner estos recursos en efectivo, para traer los rubros y venderlos a la agroindustria privada, de acuerdo con sus requerimientos. Así se hizo en 2010 con el arroz paddy, maíz blanco, azúcar crudo y hasta leche en polvo. El Gobierno se convirtió en el mayorista importador, vendió materia prima a las agroindustrias en bolívares y les dio un plazo para pagar de entre 15 y 30 días.

Otro de los temores es que las importaciones del Ejecutivo no se realicen a tiempo y se vea comprometido el abastecimiento de las empresas. Además, si no llegan los barcos de forma coordinada los puertos podrían colapsar nuevamente, por congestionamiento de mercancía.

Compras en detalle. Las 800.000 toneladas de azúcar crudo que tendría que importar el Gobierno este año, para atender el déficit de producción nacional, le costarán 616,8 millones de dólares si se toma en cuenta que la tonelada de este rubro, entre enero y febrero, promedió 771 dólares.

A esto hay que sumarle la factura de importaciones por la compra de 1,5 millones de toneladas de trigo para la industria procesadora de pastas, pan y otros derivados de este cereal. De esta cantidad, aproximadamente 450.000 toneladas anuales son de trigo durum para pastas que cuestan, según el informe de precios de Cavidea, 370 dólares. Si el Gobierno compra esta cantidad de cereal tendrá que cancelar 166,5 millones de dólares.

Además requerirá de 241,7 millones de dólares por 700.000 toneladas del llamado trigo panadero, a razón de 345,30 dólares por tonelada; y de 41,6 millones de dólares que costarían las 130.000 toneladas de trigo mezcla (valorado en 320 dólares por cada tonelada).

En total, entre las 3 clases de trigo, el gasto en importaciones ­sin incluir flete y otros costos­ ascendería a 449,8 millones de dólares, sin incluir el precio del grano especial para la elaboración de galletas y otros rubros. El consumo de pastas en Venezuela se calcula entre 13 y 14 kilos por persona al año, y el de pan en 26 kilogramos per cápita anuales.

El país también depende de las importaciones de 371.000 toneladas de aceites y grasas comestibles de palma, girasol, canola, maíz, soya y mezcla que usan las industrias procesadoras de aceite vegetal, margarina, manteca y otras mezclas de uso fabril. Con un precio promedio de 1.300 dólares la tonelada para estos aceites, las 371.000 toneladas que se tienen que comprar costarán 482,3 millones de dólares.

Igualmente se traen del exterior 300.000 toneladas de aceites y grasas que se emplean en la industria de alimentos para animales cuyo precio es de 390 millones de dólares, si se calcula la tonelada en 1.300 dólares.

El total del gasto por importaciones de aceites y grasas para el consumo humano y para alimentos balaceados estaría en el orden de los 872,3 millones de dólares, sólo por el costo de la materia prima.

En lácteos se calcula que se tendrán que importar 170.000 toneladas de leche en polvo que, a 4.105 la tonelada, costarán 697,85 millones de dólares.

En el caso de maíz amarillo para el procesamiento de alimentos balanceados para animales se deben importar 1,3 millones de toneladas y si cada una se calcula en 270 dólares las compras saldrán en 351 millones de dólares, a lo que debe sumarse el costo de 950.000 toneladas de harina de soya que también son de procedencia internacional.

La suma de estos rubros da más de 2,98 millardos de dólares, que pueden aumentar por el costo de los fletes, seguros internacionales y el alza los precios internacionales de estas materias primas.