En lugar de moderarse como muchos esperaban, la incertidumbre mundial aumentó en la última semana, o dos, y la posición del dólar como refugio se ha vuelto más pronunciada.
He aquí el porqué.
Las elecciones en Estados Unidos tal vez hayan concluido pero las negociaciones por el “abismo fiscal” están demostrando ser más difíciles que nunca, y se teme que se prolonguen hasta bien entrado enero.
Las expectativas de una solución anticipada de los problemas de la deuda en Grecia y España siguen diluyéndose a cada paso, y los políticos ahora muestran públicamente su desacuerdo sobre cómo proceder.
El nuevo politburó de China finalmente asumió, pero los reformistas parecen haber sido derrotados y el futuro de la política económica china se ha vuelto aún más difícil de descifrar.
Japón, sorprendentemente, ha llamado a elecciones anticipadas que podrían resultar en un gobierno dispuesto a reducir la fortaleza del yen y socavar su posición como refugio seguro.
Y, finalmente, las tensiones en Medio Oriente han crecido abruptamente debido a la intensificación del enfrentamiento entre Israel y Hamas. Con elecciones israelíes previstas para finales de enero, existen temores de que el gobierno de Israel impulse una escalada de las represalias y el riesgo de arrastrar a Egipto al conflicto.
Y, si eso no fuera suficiente, podría argumentarse que la política de la Reserva Federal podría comenzar a funcionar más a favor del dólar, especialmente si adopta una política más definida de metas económicas que daría a los mercados financieros, y a los inversionistas, una mejor idea de cuándo comenzarán a subir nuevamente las tasas de interés.
Por el momento, las tensiones en Medio Oriente posiblemente dominen la percepción, después que Hamas lanzara su mayor golpe de la historia dentro de Israel e Israel movilizara miles de tropas hacia sus fronteras con Gaza.
Las expectativas de que la reelección de Barack Obama en la Casa Blanca aportaría una rápida solución al ‘abismo fiscal’, que amenaza con llevar a la recesión a la economía estadounidense, se han esfumado en los últimos días debido a que los republicanos continúan resistiendo las propuestas del presidente para elevar los impuestos a los más ricos.
En ese sentido, existen preocupaciones de que las conversaciones se prolonguen hasta enero, con ambas partes resistiéndose a ceder.
Los optimistas también se han visto decepcionados por los acontecimientos en la eurozona, donde España da pocas señales de realizar un pedido formal de ayuda que, esencialmente, liberaría el financiamiento para crear una contención en torno de sus deudas.
De manera similar, las negociaciones sobre cómo proporcionar a Grecia un programa sustentable para pagar su deuda, sin forzar a los acreedores a sufrir más condonaciones, parecen haber sido enterradas bajo las diferencias políticas entre los funcionarios y el Fondo Monetario Internacional.
Una vez más, una solución anticipada parece improbable y la incertidumbre sobre cómo se resolverá la crisis de la deuda sigue siendo alta.
Por lo que, más que ceder, la incertidumbre mundial posiblemente empeore en las próximas semanas. Y el dólar estará en una posición aún mejor para beneficiarse de ello.
La crisis en Europa significa que el euro seguirá bajo una presión de venta. El cambiante panorama político en Tokio significa que el yen, que en algún momento fue un refugio aún más importante que el dólar, perderá su atractivo.
Además, el franco suizo, que en algún momento cosechó los beneficios de las crecientes tensiones en Medio Oriente, realmente ya no es una opción. El Banco Nacional de Suiza no muestra señales de revertir su política de limitar la apreciación del franco frente al euro, y su rol como refugio seguro continuó disminuyendo.
Simon Derrick, analista primero de divisas de Bank of New York Mellon en Londres, lo resume de la siguiente manera:
“Consecuentemente, la ironía es que, pese al abismo fiscal, el dólar parece la mejor entre las malas opciones por el momento”.
The Wall Street Journal