Actualmente el IVA es de 12% y se añade sobre el precio de una amplia gama de productos y servicios, por lo tanto, cada vez que aumenta, la inflación, que en los últimos once meses acumula un salto de 27% toma un impulso adicional.
La devaluación del bolívar encarece el costo de las importaciones y también se traduce en una medida que alimenta el incremento de los precios, pero no se trata de algo inusual.
En 2009 y 2010 el gabinete económico recurrió justamente al alza del IVA y al incremento del tipo de cambio oficial ante la urgente necesidad de elevar los ingresos, dejando a un lado la promesa de llevar la inflación a un dígito.
Así, el IVA aumentó desde 9% hasta 12% y el tipo de cambio desde 2,15 bolívares por dólar hasta 2,6 y 4,30 dependiendo del tipo de producto a importar.
Si bien la devaluación y el alza de impuestos impactan el presupuesto de las familias, beneficia a las cuentas del Gobierno, que reciben una inyección de dinero fácil de recaudar a través del IVA y más bolívares por cada petrodólar.
Milton Guzmán, analista de la firma Fortuny, Guzmán & Asociados, explica que en la decisión de implementar medidas que alientan la inflación tiene un peso importante la situación que atraviesa Pdvsa, la principal fuente de recursos del país.
«Pdvsa tiene que vender una porción de los petrodólares que obtiene a 2,6 bolívares registrando la operación como un gasto financiero que disminuye la ganancia neta y el pago de impuesto sobre la renta. Al mismo tiempo, el fondo chino baja la facturación y lo que Pdvsa entrega al Ejecutivo bajo el concepto de regalía», dice Milton Guzmán.
Añade que «otro factor a considerar son las cuentas por cobrar de Pdvsa a raíz del crudo que se vende a través de Petrocaribe, esto también afecta el ingreso».
Al evaluar el impacto que tendrán el alza de impuestos y la devaluación, Milton Guzmán, señala que en 2011 «habrá un rebote en los precios que se sentirá en los primeros meses y comenzará a estabilizarse entre abril y mayo. Antes de los anuncios estimábamos inflación de 27% en el año pero ahora esperamos entre 31% y 32%».
Así, todo indica que el ingreso seguirá en retroceso. Las estadísticas del Banco Central de Venezuela reflejan que en términos reales, después de descontar la inflación, en promedio, la capacidad de compra del salario cae 6,3% al contrastar el tercer trimestre de este año con el mismo lapso de 2009 y las familias no han tenido más opción que disminuir el gasto, propiciando el descenso del consumo.
De acuerdo con el Banco Central el consumo privado, en los primeros nueve meses del año, baja 3,3% respecto al mismo lapso de 2009 y 5,1% versus 2008.
Al incidir sobre el consumo, el alza de impuestos y la devaluación también retrasarán la recuperación de la economía que registra seis trimestres consecutivos de caída, en un entorno donde las expropiaciones y los controles han minimizado la inversión privada.
En su último informe, de la primera semana de diciembre, Ecoanalítica considera que «la economía venezolana entrará en un período de estancamiento, en el que el PIB crecerá a un ritmo que no será significativamente superior al crecimiento poblacional. Esto implica que los altos ingresos petroleros que el Ejecutivo estará percibiendo no se verán reflejados en un mayor bienestar social».
La firma ODH estima que la recesión obedece a las restricciones que tienen las empresas para obtener divisas y «las regulaciones en materia de precios, las expropiaciones y la inseguridad jurídica que han hecho que la inversión privada se mantenga en un nivel mínimo».