El CPJ homenajeó también a otros tres periodistas de Etiopía, Rusia e Irán. La organización señaló que los galardonados han sufrido “investigaciones, arrestos, encarcelamiento y acoso” por su trabajo.
Márquez, que escribe editoriales humorísticos cada viernes en el diario opositor venezolano “Tal Cual”, agradeció hoy el premio que considera “un reconocimiento a todos los comunicadores venezolanos que realizan su trabajo en medio de las más complejas adversidades para la libertad de expresión y la libertad de las ideas”.
El periodista alabó hoy el poder del humor, que describió como “uno de los recursos que tienen las sociedades históricamente para enfrentar la arbitrariedad y el autoritarismo”.
Insistió en que la labor periodística en su país se lleva a cabo en medio de “dificultades”, como el cierre de medios y la autocensura.
Denunció que “se criminaliza la protesta para hacer desistir a la gente que sea crítica con la labor gubernamental”.
“Algunos periodistas han sido encarcelados, demandados, multados”, afirmó, a lo que añadió que “como en la práctica no existe división de poderes no hay tribunales que decidan en contra del Gobierno para proteger a los que reciben las agresiones”.
Aseguró que en su país “se pretende instaurar un sistema en el cual la gente, tanto los comunicadores como los ciudadanos comunes, tengan temor a expresar su desacuerdos o críticas”.
Destacó, para finalizar, que “el otro gran problema en Venezuela en estos momentos es la inexistencia de poderes públicos autónomos del poder ejecutivo”.
“Los organismos que normalmente pudieran velar por los intereses de los ciudadanos se hayan en manos de personas incondicionales al Gobierno”, concluyó.
Por su parte, Carlos Lauría, coordinador para el programa de las Américas del CPJ, dijo a Efe que “más allá de que diga que respeta la libertad de expresión el Gobierno venezolano ha tomado medidas en sentido contrario”.
“Aquellos que son críticos son fascistas, agentes del imperio”, apuntó Lauría, quien considera ese tipo de acusaciones “una muestra marcada de intolerancia”.
Además de Márquez también fue galardonado durante un acto en el Club Nacional de Prensa en la capital estadounidense el etíope Dawit Kebede, uno de los primeros periodistas encarcelados por su trabajo independiente durante el episodio de violencia en las elecciones del 2005 en Etiopía.
El CPJ reconoció también hoy la labor de la rusa Nadira Isayeva, que ha sufrido de forma reiterada el acoso de los servicios de seguridad en la volátil región caucásica por su información sobre la violencia y los militantes islámicos en la zona.
El cuarto galardón recayó sobre Mohammad Davari, que permanece encarcelado en Irán por haber denunciado en su página web Saham News las violaciones, la tortura y el abuso en el ahora clausurado Centro de Detenciones Kahrizak.
Los Premios Internacionales de Libertad de Prensa del CPJ reconocen cada año ejemplos de “periodismo valiente” en todas las esquinas del planeta.