«Esa era una niña que no era de este mundo. Apenas tenía seis meses y era avispada y coqueta. Nosotros la vimos nacer y da mucha tristeza pensar que no la volveremos a ver. Todo el barrio está consternado porque mataron a un ángel inocente y marcaron para siempre la vida de esa madre», dijo María Salazar, una vecina del sector Valle del Pino, donde murió la bebé cuando unos delincuentes dispararon en su paso por la zona. El proyectil la alcanzó en la cabeza y un par de horas más tarde murió.
La otra niña que fue víctima de una bala perdida la semana pasada fue Luciana Morillo, de cuatro años de edad, que murió el 1º de enero al recibir el disparo cuando estaba en brazos de su abuela en su casa del sector El Amparo de Catia.
Frente a la cancha
La familia Borges Semeria reside en la zona desde hace cinco años, luego de ser beneficiados por el Programa 8, ideado por el Ministerio de Vivienda y Hábitat para la adquisición de casas en el mercado secundario. En 2005 sufrieron la primera tragedia que les quitó la casa donde vivían en La Guaira. Esta semana perdieron al menor de sus tres hijos.
«Eran las 10:30 pm y estábamos frente a la cancha, como suele ser costumbre en el sector. Ahí venden comida y bebidas, es una zona para socializar.
Cuando Roisberín madre de la niña escuchó los disparos salió corriendo a agarrar a su otra hija de 2 años, que estaba caminando a pocos metros de ella. Pero cuando regresó por la bebé que estaba en el coche le vio un hilo de sangre que le corría por la espalda», contó otra vecina.
En ese momento empezó la agonía de la madre, que no encontraba quién le prestara colaboración para trasladar a la bebé herida. Primero la llevaron al hospital José María Vargas de La Guaira y luego la trasladaron al Clínico Universitario de Caracas, donde murió a la 1:20 am.
Ángel González, jefe de operaciones de Polivargas, informó que el domingo en la madrugada funcionarios de ese cuerpo policial capturaron a dos hombres que presuntamente dispararon y causaron la muerte de la pequeña. Fueron identificados como Luis Alfredo Echarry, de 24 años de edad, y Gabriel Mendoza Aponte, de 19 años de edad. Se les incautó un arma 9mm con los seriales limados y una moto marca Yamaha, de color azul, en la que se trasladaban.
El cortejo fúnebre de Greibelis Borges salió ayer desde su casa con globos y caramelos que recordaban la inocencia y la alegría que la caracterizaban. Ayer también la madre de la víctima cumplió 25 años de edad.