El espectáculo se resintió porque Milan y Shalke 04 condicionaron el choque entre el equipo vasco y el catalán. Por lo que exigieron a Barcelona y Athletic esta semana y por lo que aún les exigirán la próxima.
Por eso, tanto Pel Guardiola como Marcelo Bielsa decidieron reservar a algunos de sus mejores hombres. Y un Barça-Athletic es menos partido si Puyol, Xavi, Llorente, Muniain, Ander Herrera y Amorebieta no juegan de salida.
El vasco, un equipo que basa su fútbol en su enorme despliegue físico, tuvo un día menos para recuperarse que su adversario y fue el que más acusó la resaca europea. Solo mordió arriba en los primeros minutos, cuando Toquero e Ibai salieron como locos a presionar la salida de balón de los centrales azulgranas.
Luego, dándose cuenta de que su esfuerzo era estéril, el conjunto bilbaíno retrasó sus líneas y se dedicó a contrarrestar las acometidas locales, con Javi Martínez inmenso como sombra de Messi, buenas ayudas defensivas y voluntad para salir con el balón jugado a la menor ocasión.
Al Barça, dominador del partido desde el inicio, le costó, no obstante, generar su habitual caudal de juego. Cuando no faltaba profundidad, faltaba velocidad y, cuando no, precisión. Todo sucedía cerca de la meta de Iraizoz, pero allí mismo todo se desvanecía.
Alves lo intento de lejos, a Thiago le anularon un tanto por fuera de juego, Aurtenetxe sacó sobre la línea de gol un remate de Piqué y Messi intentó sorprender en una falta, pero el meta del Athletic estuvo rápido y despejó el balón.
A falta de cinco minutos para llegar al descanso, Alexis robó un balón, Messi se lo sirvió a Iniesta y el centrocampista azulgrana fusiló sin piedad a Iraizoz tras aguantar la embestida de Ekiza.
El Barça se marchó a los vestuarios sin haber sufrido ni un rasguño de los ‘leones’ en toda la primera mitad, pero habiendo sudado de lo lindo para adelantarse en el marcador.
Bielsa se dio cuenta de que, si seguía sin contar con algunos de sus primeras espadas, tendría muy difícil puntuar en el Camp Nou, y en el descanso recuperó para la causa a Muniain y Ander Herrera.
Sin embargo, el técnico argentino no contaba con que llegara el segundo del Barça antes del cuarto de hora de la reanudación. Mateu Lahoz señaló penalti por un leve agarrón de Javi Martínez a Tello, y Messi engañó a Iraizoz en la transformación.
El técnico del Athletic decidió poner entonces toda la carne en el asador. Dio entrada a Llorente por Toquero y su equipo se estiró con timidez, pero lo suficiente para dejar los espacios necesarios para que el Barça hiciera el tercero.
Mesis, menos lúcido de lo que es habitual, e Iniesta, el mejor jugador de los locales, estuvieron cerca de ampliar la cuenta, pero el equipo de Guardiola tampoco estaba hoy para muchos alardes.
El Athletic, por fin dio la réplica en una contra, que culminó Muniain cruzando sobre la salida de Valdés, un balón que Piqué salvó en la línea de gol. Fue la única ocasión visitante.
En los minutos finales, Keita remató al larguero y Pedro hizo estirarse por última vez al meta del conjunto bilbaíno, pero el marcador ya no se movió.