José Guerra, quien se ha desempeñado como gerente de investigación económica en el Banco Central, se apoya en las estadísticas de la base monetaria, un indicador oficial, para precisar que al cierre del 23 de septiembre de este año el BCV ha financiado a Pdvsa con 53 mil 075 millones de bolívares, una cifra que representa 12 mil millones de dólares o 40% de las reservas internacionales.
En la mayoría de los países se prohibe que los bancos centrales financien a las empresas públicas, porque para hacerlo crean billetes sin respaldo y más dinero detrás de los mismos productos se traduce en incrementos de precios.
«El Banco Central imprime bolívares para financiar a Pdvsa, es la primera vez en la historia que esto ocurre, y evidentemente tiene consecuencias en materia inflacionaria», dice José Guerra.
Alejandro Grisanti, analista de Barclays, elaboró un reporte donde se refiere al tema y destaca que es la primera vez que Pdvsa tiene una línea de crédito en el Banco Central para obtener bolívares y cubrir obligaciones, algo que interpreta como una manera de incrementar el gasto público durante la campaña electoral al costo de más inflación.
La última reforma a la Ley del Banco Central abrió la puerta para que se fabriquen billetes que solventen problemas de caja en empresas públicas estableciendo en el artículo 49 que el instituto emisor puede «otorgar créditos con garantía de títulos de crédito emitidos por la República o por sus entes descentralizados».
Los indicadores señalan que el financiamiento a Pdvsa comienza en el primer trimestre de 2010 y, desde entonces, crece sostenidamente.
A pesar de que el precio promedio de la cesta petrolera se ubica en la cumbre de 99,5 dólares el barril, entre el primero de julio y el 23 de septiembre el BCV le inyectó a Pdvsa 9 mil 517 millones de bolívares.
Para pagarle al Banco Central Pdvsa emite bonos en dólares que alimentan al Sitme.
«Tenemos una especie de pirámide. El Gobierno tiene déficit, para darle recursos el BCV imprime bolívares que entrega a Pdvsa y luego Pdvsa emite bonos en dólares que sirven para surtir al Sitme, al final crece la deuda y la inflación», dice José Guerra.
Exigencias a la estatal
Mientras aporta cantidades ingentes de recursos al Fisco y al Ejecutivo y recibe financiamiento del ente emisor, Petróleos de Venezuela debe atender una cantidad de compromisos, tanto medulares como no petroleros, que comprometen cada vez más su flujo de caja y su músculo financiero.
En julio la estatal anunció que invertiría este año 2 mil millones de dólares en el Proyecto Tricolor, que prevé elevar en 146 mil barriles diarios la producción de crudo de los bloques Junín, Carabobo y Ayacucho de la Faja del Orinoco, de las áreas que opera Pdvsa en solitario.
También Pdvsa debe cumplir con los objetivos de producción temprana, para lo que ha puesto presión sobre sus socios minoritarios en la Faja para trabajar e invertir (por su cuenta) en obtener producción temprana antes de culminar 2012, en pleno año electoral.
Pero los desarrollos petroleros tienen el obstáculo de las deudas que Pdvsa arrastra con sus proveedores, que al final de 2010 fueron de 10,9 millardos de dólares y que, según dijo el ministro Rafael Ramírez, ya se redujeron a la mitad, unos 4,9 millardos de dólares.
En la columna de egresos también debe apuntarse la responsabilidad de la Gran Misión Vivienda, asignada a Pdvsa, y que durante el primer trimestre del año ya implicaba aportes de la estatal petrolera de unos 3,3 millardos de dólares.