Esta es su columna completa:
Después que el general Rangel Silva espetó sus cortas, balbuceantes y pérfidas declaraciones a Últimas Noticias se instaló un extraño silencio. El Jefe estaba en el mar de la felicidad y por lo visto, no dejó órdenes de lo que habría que decir en tan notoria circunstancia. Como se sabe, foca no habla sin domador. Y mira que le dieron duro al general, desde pedirle renuncia y juicio hasta tildarlo de fascista y de gorila indecente.
Foto: Portada de Tal CualAdemás llegaron lejos sus palabras y el propio Insulza mandó un recado bastante inusual y severo (¿Por qué será que todas nuestras vergüenzas caseras se convierten tan rápido en comidilla de la comunidad internacional?). Y nadie ripostaba salvo unos apresurados sofismas de Calixto Ortega diciendo algo así como que a los militares se les entiende poco y cuando dicen “a” dicen en realidad “b”.
El silencio se rompió por un escueto comunicado de la cancillería local que contestaba la osadía del Secretario General de la OEA con unos cuantos adjetivos. Hasta que llegó el Minoritario y lanzó una de sus cadenas más memorables: no sólo no obvió el tema como presumían algunos, con la lógica del águila señera; ni se limitó a justificar a su compinche. Mucho más, gran final, lo ascendió ipso facto a general en jefe.
Saltándose todas las formas que deben acompañar esa figura castrense e inigualable por el mérito de la cuestión, la heróica osadía de haber confesado los miedos y las intenciones de los oficiales “casados” con Chávez, sobre todo aquellos cuyos nombres circulan ligados a maletines, narcotráfico, terroristas, corrupciones y otras actividades poco piadosas.
Esto es sólo comparable a algunos honores militares que recibió la Sra. Blanca Ibáñez o la Orden Piana que se le otorgó al general Gómez (máxima condecoración vaticana, concedida por su “gobierno de paz y libertad”) o la solicitud del Premio Nobel de la Paz para el mismo Chacu, que no puede ver un Kalashnikov o un Sukhoi sin que se le humedezcan los ojos de gozo.
Pero ya sabemos en qué rochela vivimos.
Que fuese una operación concertada con las declaraciones similares del Jefe unos días antes, o producto de una rara sagacidad para la adulación que sabe que la oportunidad vale oro, poco importa. No insistiremos tampoco en si la cacareada descomposición límite de la psique de Chávez, su desesperación por ser minoritario, lo ha hecho perder todo sentido de realidad. Poco importan las causas, lo que hay es que atender a los efectos.
Desde hace muchos años, éramos más jóvenes y alegres, hay siempre un resabiado que te dice, después que tú le hablas del camino democrático hacia un nuevo gobierno: ¿Y tú te imaginas a Chávez poniéndole la banda presidencial a un escuálido? Confesemos que la respuesta no suele ser muy categórica. Bueno sobre esa zona frágil quieren actuar los militares marxistas-leninistas-pensamiento de Chávez: sembrar desánimo, mucho miedo, resignación, complicidad, abstencionismo. Pues la conclusión que nosotros sacamos es que hay que ser, ahora sí, inequívocos en la respuesta. ¿Y si ganamos y no entrega? Entregará a como dé lugar.