El fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, reconoció a principios de mes que «está claro que hay ámbitos en los que ambas sociedades compiten».
Zuckerberg, el millonario más joven del mundo, con 26 años y una fortuna estimada en 6.900 millones de dólares, no niega que su objetivo sea «conquistar toda la internet», como le atribuyó una periodista de la cadena CBS.
Para algunos, el irresistible ascenso de Facebook marca el advenimiento de «una segunda internet». «Podría ser más preciosa que la primera, porque estamos todos interconectados», dijo Luo Kerner, analista especializado de la firma de corretaje Wedbush Securities.
El sitio comunitario es, en efecto, lo opuesto a Google, que prometió neutralidad en las informaciones proporcionadas, con una oferta adaptada mecánicamente a lo que el internauta deja saber de sus hábitos de consulta.
Facebook, creada en 2004 como herramienta de socialización para los estudiantes de Harvard, suministra informaciones que, por definición, son personalizadas, porque están preseleccionadas por los propios internautas y su red de «amigos», lo que Zuckerberg llama «el grafo social, la cartografía numérica de las relaciones reales de las personas».
Esta diferencia parece apreciada: Facebook cuenta con más de 500 millones de usuarios registrados.
La firma ComScore otorga una clara ventaja a Google (cerca de 977 millones de visitantes únicos en octubre en todo el mundo, contra 633 millones para Facebook), pero también notó que en setiembre los internautas permanecían más tiempo en las páginas de Facebook que en los sitios de Google.
Desde la primavera boreal, Facebook también multiplica las innovaciones que la ubican en feudos de Google: su mensajería, con una dirección @facebook.com suministrada a sus usuarios, podría amenazar el poder de Gmail. Su función «preguntas» es un motor de búsqueda a pequeña escala, y las respuestas a las interrogantes de los internautas ya no son suministradas por algoritmos, sino por sugerencias de los miembros de Facebook.
Esto lleva a algunos observadores a concluir que Facebook y Google, que tiene el doble de edad, iniciaron una guerra larvada, en particular en el terreno del reclutamiento: 200 empleados de Facebook, es decir 10% de su personal, son ex «googleros». Google habría decidido un aumento generalizado de salarios de 10% para detener esa hemorragia.
Sin embargo, Facebook no detuvo la expansión de Google, sino que más bien agregó una novedad que «agrandó la torta de internet», según Kerner.
«Los anunciantes no deciden hacer sus campañas en Facebook en lugar de Google, sino en lugar de los medios tradicionales», asegura Danny Sullivan, jefe de redacción del sitio SearchEngineLand.com.
Además, la expansión de Facebook sirve también a algunos intereses de Google: sus fundadores, Larry Page y Serguei Brin, pueden decir fácilmente a las autoridades que garantizan la libre competencia, tanto en Europa como en Estados Unidos, que tienen un competidor fuerte, agrega Sullivan.
Finalmente, a Google no le viene nada mal que los altaneros defensores de la confidencialidad de los datos personales tengan en Facebook otro blanco.
En cualquier caso, la empresa de Zuckerberg no está aún en condiciones de hacer desaparecer a Google, con diez veces más trabajadores, y que, según los analistas, podría llegar a un volumen de negocios de 22.000 millones de dólares este año, es decir alrededor de 21.000 millones de dólares más que Facebook.