En aquel entonces, la noticia provocó un profundo escepticismo en la comunidad médica internacional. La conferencia de prensa que concedió en vísperas de la fecha prometida el jefe del Departamento Médico de las Fuerzas Armadas de Egipto, el general mayor Gamal el Serafy,echó aún más leña al fuego de las dudas acerca de la realidad de este invento.
“La integridad científica demanda que posponga la presentación hasta que se acabe el período de experimentos”, anunció El Serafy el 28 de junio ante los periodistas reunidos en El Cairo, según recoge la agencia de noticias Mena. Insistió en que actualmente varios especialistas están probando uno de los dispositivos en 80 pacientes con Hepatitis C.
Detalló que está previsto establecer un centro médico especial en la ciudad de Ismailía, situada en la ribera noroeste del canal de Suez, para llevar a cabo una serie de pruebas. Adelantó que se necesitan, al menos, otros seis meses de experimentos. Un detalle más: durante su comparecencia ante los periodistas no hizo ninguna mención sobre el SIDA, solo habló de la hepatitis.
Según la cifra oficial, hasta un 10% de los 86,5 millones de egipcios padecen Hepatitis C, la tasa más alta del mundo.
Con información de Actualidad RT