En una entrevista ofrecida a Globovisión, Eduardo Fernández hace un recuento histórico y explica por qué fue posible el 4 de febrero de 1992. Casi dos décadas después da su balance sobre cómo se ha asumido ese proceso histórico. Eduardo Fernández, recordado como la figura de oposición más resaltante de 1992, fue candidato a la presidencia junto a Carlos Andrés Pérez en 1989. Perdió dichas elecciones y, sin embargo, acudió a darle respaldo institucional al recién electo Presidente. Ello, según analistas, significó su muerte política en tanto potencial candidato a la presidencia. En su opinión, sentencia de manera tajante que el 4F fue “un acto bárbaro, primitivo y salvaje”, promovido solo por el sector militar. Estima que, aun cuando se contó con el aplauso de la sociedad civil, fue de completa iniciativa militar. Sugiere que la principal causa del descontento social fue el factor económico, pues -según Fernández- las personas habían desarrollado una suerte de tolerancia hacia la corrupción. El hecho de que Pérez no hubiera cambiado su modelo de crecimiento económico (totalmente dependiente del petróleo) fue determinante para la caída de su popularidad. Al caer el precio del combustible hubo una desmejora en la economía del ciudadano común y esto generó una irritación, afirma el político. Sobre la postura que asumió el 4F de 1992, recuerda que muchos compañeros políticos le recomendaron no solidarizarse con expresidente Pérez; no obstante, él decidió hacerse presente y hacer manifiesto su rechazo a la violencia. Fernández, diecinueve años después, ve el 4F como un retroceso al siglo XIX venezolano. Advierte en el Gobierno de Chávez las mismas fallas que vio, en su momento, en el Gobierno de Pérez: la dependencia total del petróleo para el crecimiento de la economía. Finalmente, propone cambiar el modelo rentista petrolero por inversiones y turismo, que generen empleos productivos y estables, no oscilantes y ficticios. Sin embargo, debemos recordar que para Fernández, hace 21 años (en su campaña), lo más importante era la educación; ahora ha habido un giro de tuerca en su opinión y estima que lo más importante es la inversión.
