La noche de este martes, Rafa volvió a ser el último en salir de la cancha, después de quedarse 20 minutos más a solas con el técnico César Farías despejando disparos desde distintos ángulos de la cancha !Y cómo los disfrutó¡ Parecía aquel muchacho que estaba a punto de debutar con la vinotinto en 1993 contra Colombia. Sí, porque el choque ante Panamá, este miércoles, es para él una final, no un final.
Rafa le tapó de todo a Farías menos un penal que el entrenador le disparó con engaño. Se fue a su izquierda y el balón cruzó a su derecha. Un abrazo entre ambos cerró la última sesión del portero más grande en la historia del fútbol venezolano.
El grado de emotividad de Rafa pasa el termómetro que en la mayoría de las veces estuvo en rojo, cada vez que salía a jugar; porque de algo sí está seguro, y es de cerrar un ciclo ganando una ovación que la gente le dará la noche de este miércoles en el Metropolitano de Barquisimeto.
“Siento una mezcla de muchas cosas, porque me voy disfrutando la selección en distintas etapas: ganando, perdiendo, de todo. Crecí junto a ella y me hubiese gustado disfrutar una clasificación al Mundial, pero el día que lo logre también lo saborearé porque fui parte de esa generación que se comió las verdes, como ustedes lo dicen”, dijo Dudamel al salir del entreno.
Sin duda que piensa en cerrar un ciclo. Aunque el choque ante Panamá será el último con la casaca vinotinto, no quiere decir que se despide del balompié. Nuevos retos le podrían llegar a Dudamel, aunque tal vez “no a corto plazo”.
“Cuando uno cierra un ciclo de buena manera, siempre las puertas están abiertas. Sin saber qué podría hacer luego, indiscutiblemente estaré ligado al fútbol”, destacó.
Pero quien piense que Rafa se irá este miércoles del balompié con el adiós de esta noche, se equivoca. Por los momentos sigue con Real Esppor.
“A veces me dan ganas de retirarme por completo, porque cuando no se disfruta igual que cuando se tenía 25 años, aparte de cuidarse por detalles, eso te fastidia; pero entonces llego a la selección y me doy cuenta que sigo con el mismo nivel de otros jóvenes. Esto me llena de energía para seguir; sin embargo al término de este semestre evaluaré si seguir o no. Primero está mi salud”, acotó.
De los recuerdos con la selección, casi saca una enciclopedia.
“Cuando uno trabaja y gana se siente contento, pero hubo derrotas de las que se sacaron aprendizajes. Recuerdo todos los momentos, desde los mundialitos, pasando por el debut y hasta ahora”, precisó.
Desestimó los goles anotados, más sí recordó la atrapada a Álvaro Recoba la vez del 2-0 ante Uruguay en Maracaibo.
“Eso fue muy bonito, porque ganamos y allí empezó la racha de victorias que ya todos conocemos”, enfatizó. Dudamel, se lleva en el baúl de sus recuerdos, los 54 partidos con la vinotinto. Las cinco Copa América (97, 99, 01, 04 y 07) los cuatro Premundiales (98, 02, 06, 2010) en los que estuvo y sus bemoles, aparte de los amistosos.
Esta vez se despide sin lesiones, sin pitas de aquellos que no lo quieren, sin las otrora goleadas en la época amarga de la vinotinto y sin las luchas que muchas veces tuvo con algunos dirigentes y hasta técnicos. Todavía le queda un camino por delante, ¿será de entrenador?
“Lo que he vivido como jugador no me alcanza para ser técnico, aunque me ayuda mucho. Cuando se es jugador uno es el responsable de cuidarse, cuando se es técnico hay que estar pendiente de 30 jugadores. Para ello hay que prepararse”, dijo.
Dudamel seguro tomará un descanso y después no es de extrañar que lo haga. Ahora se concentra en irse por la puerta grande cerca de su tierra, Yaracuy y en la ciudad que lo vio crecer como lo fue Barquisimeto. Sin duda dejó una huella.
Alex Carmona (Barquisimeto)/Noticia al Día