Dicen los expertos que apenas 30% de la droga que se envía al exterior es incautada y el resto va por la libre hacia América Central, África y Europa. Esta última es la mayor consumidora de la cocaína que se despacha desde los puertos venezolanos por las vías marítimas del Caribe y por avión desde aeropuertos africanos. Valga recordar que el consumo en Estados Unidos es suplido por los carteles mexicanos y sus estafetas centroamericanas.
Que un barco que provenía «de Bélgica y que tenía como destino Francia», de acuerdo con la Guardia Nacional, tuviera casi media tonelada «en un compartimiento cercano al timón del buque», según las declaraciones del general Miguel Vivas, nos dice mucho sobre la capacidad operativa que tiene el narcotráfico en Venezuela. Pareciera que los puertos y aeropuertos estuvieran en sus manos y que allí hacen de las suyas.
Ya lo hemos dicho en innumerables oportunidades en estos editoriales: cuando el Gobierno de Venezuela se dé cuenta del inmenso poder del narcotráfico en las actividades aeroportuarias, en el lavado de dinero, en las inversiones inmobiliarias, en la corrupción policial y en el propio seno burocrático del poder central poco será lo que se pueda hacer.
Veamos, por ejemplo, como este barco llevaba cierto tiempo anclado, según la Guardia Nacional, en los muelles de Ferrominera, «cargando material de hierro» hasta que atraparon a los responsables. Aplausos para este tipo de operativo. El general de la GN Edilberto Molina afirmó que, hasta la fecha, llevan «35,2 toneladas los alijos de drogas registrados este año». Tareck el Aissami, ministro del Interior, según la agencia AFP, anunció «el 26 de junio pasado que Venezuela informó de la incautación de 5.052 kilos de cocaína en el estado Bolívar». El funcionario afirmó que fue «la mayor del año y la segunda mayor de la historia del país».
Pero veamos la otra cara del narcotráfico. La misma agencia informó ayer que autoridades colombianas se incautaron de 342 kilos de cocaína que sería enviada a Venezuela, desde donde sería comercializada en Estados Unidos. (…) El alijo de droga fue hallado dentro de dos camiones, «uno de ellos con placas venezolanas del estado Monagas».
El cargamento incautado pertenecía a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. Las FARC son una fuerza apoyada por el Partido Comunista venezolano, uno de los integrantes del Polo Patriótico con sede en Miraflores. Según las patrullas del PSUV.