Las nuevas regulaciones están dirigidas a impulsar el llamado “cuentapropismo” o trabajo por cuenta propia. Beneficiarios serán agricultores que “acrediten legalmente la tenencia de la tierra”, así como otros particulares de la iniciativa privada y personas que realicen obras en sus viviendas por “esfuerzo propio”.
Las medidas también levantan las restricciones para que empresas estatales puedan comprar y contratar servicios a particulares, operaciones limitadas hasta ahora con un bajo monto económico.
Además de la introducción de clásicos instrumentos bancarios para la “calificación de riesgo” de los solicitantes, los bancos cubanos ofrecerán ampliamente servicios como tarjetas de crédito y débito, letras de cambio y transferencias bancarias.
Las directrices del Banco Central de Cuba y el Ministerio de Economía y Planificación no descartan asimismo la concesión de créditos a particulares para el consumo privado, “en la medida en que lo permitan las condiciones del país”.
Las autoridades cubanas han preparado durante semanas al sistema bancario cubano para hacer frente a la reforma, calificada como “inédita” en la prensa local. Los créditos serán concedidos en pesos cubanos, una de las dos monedas de circulación oficial en la isla.
El sistema bancario cubano atenderá las solicitudes de crédito a partir de hoy en cerca de 500 filiales en todo el país.
La nueva política crediticia es parte de las reformas que impulsa el régimen castrista para “actualizar” su modelo económico con elementos de mercado. Los “lineamientos” de la nueva política económica y social aprobados en el VI congreso del Partido Comunista el pasado abril abren más la puerta a la iniciativa privada en la isla, tras décadas de monopolio estatal.