Djokovic, número tres del mundo, terminó con el sueño de su rival de ser el primer británico en ganar un certamen del Grand Slam desde hace 75 años.
El serbio, que había ganado su anterior título en Melbourne Park en el 2008, superó completamente a Murray, quien perdió las tres finales que disputó en Australia sin poder adjudicarse ni un solo set.
El partido comenzó en medio de un agobiante calor que debería haber favorecido al tenista escocés, quinto preclasificado del evento.
Murray, agobiado por el ruido y reprendiéndose a sí mismo con mucho enojo, se vino abajo durante la segunda manga, pidiendo silencio a gritos a su propio equipo.
Un Djokovic lleno de energía tomó el control absoluto del partido gracias a un gran drive en los momentos finales que dejó a su rival hundido en su silla y refunfuñando consigo mismo con desesperación.
El héroe de Serbia en la Copa Davis fue a por todas durante el último set, poniéndose 3-1 arriba tras un impresionante revés, tras el cual elevó los puños y gritó con satisfacción.
Murray quedó abatido, y Djokovic, con sangre fría, envió otro drive cruzado para ponerse 5-3 arriba y terminó el trabajo con otro derechazo que ameritó una devolución que el escocés dejó en la red tras dos horas y 39 minutos de juego.
El serbio celebró su victoria lanzando la raqueta, la casaca y las zapatillas al público, al tiempo que el abarrotado estadio Rod Laver estallaba de emoción.
Murray, quien pretendía convertirse en el primer británico que ganaba el título desde Fred Perry en 1936, ya había perdido las finales del 2008 y el 2009, ambas ante el suizo Roger Federer.