Como medida de precaución, el personal comenzó a inyectar ácido bórico que neutraliza las reacciones nucleares por un conducto de enfriamiento cuando detectaron la presencia de xenón radiactivo que podría haber surgido por una fisión nuclear en el reactor. De momento se desconoce si había ocurrido la fisión, informó AP.
La compañía operadora de la planta, Tokyo Electric Power Co., señaló que no había incremento en la temperatura del reactor, en la presión o en niveles de radiación. La compañía dijo que el material radiactivo dentro del reactor no había llegado a un punto crítico, cuando las reacciones nucleares son autosuficientes, y que la detección del xenón no tendría un mayor impacto en las acciones por mantener frío y estable al reactor.
El vocero de la empresa, Osamu Yokokura, afirmó que no se había detectado ninguna filtración radiactiva fuera de la planta.
Hiroyuki Imari, un vocero de la Agencia de Seguridad Industrial Nuclear, dijo que la detección de gas no indicaba al parecer un problema mayor, pero que su causa es investigada.
La planta fue el sitio del peor desastre nuclear en el mundo desde Chernobil en 1986.
Las autoridades han mantenido en vigencia una zona de exclusión con un radio de 20 kilómetros en torno a la planta desde el terremoto y tsunami del 11 de marzo que causó graves problemas en la instalación, al norte de Tokio. Tres de sus reactores se fundieron, lo cual provocó incendios y varias explosiones.
El más reciente revés ocurre mientras Tepco había reportado un importante progreso para estabilizar la planta. La empresa informó que esencialmente había alcanzado un «apagón frío» de la planta, lo que significa que las temperaturas en los reactores son constantes y están bajo control.
A pesar de eso, un panel gubernamental considera que tomará al menos 30 años para desmantelar de forma segura a la instalación.