El origen y la fecha del escape causante de esta contaminación “son desconocidos hasta ahora”, pero no tendrían ninguna relación con el accidente de la central nuclear japonesa de Fukushima, según el instituto.
El iodo 131 es un elemento de poca duración y cuya radiactividad disminuye a la mitad cada ocho días.
El IRSN fue informado por sus contactos científicos de la detección en varios países de Europa central de “iodo 131 en estado de trazas en el aire”, por lo que realizó análisis para detectar a su vez la presencia eventual de ese elemento en Francia, explicó el instituto en un comunicado.
El 11 de noviembre, la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) dio cuenta de la presencia de iodo 131 en el aire en República Checa y en otros países europeos, a niveles que no presentan “ningún riesgo para la salud”.
La AIEA no precisó de qué otros países se trataba, pero varias agencias de seguridad nuclear de países vecinos (Polonia, Austria, Eslovaquia) señalaron también que habían detectado una contaminación similar.
Afp