Un terremoto que sacudió el sur de Filipinas el viernes dejó al menos cuatro muertos en la isla Mindanao, donde derrumbó edificios y causó pánico entre los residentes, indicaron las autoridades.
El sismo dejó sin electricidad a la ciudad de Surigao, situada a más de 700 kilómetros al sureste de la capital Manila, donde una cantidad no precisada de gente quedó atrapada bajo los escombros. Muchos habitantes fueron sorprendidos por el sismo cuando ya estaban acostados durmiendo.
El terremoto de magnitud 6,5 se originó a 27 kilómetros de profundidad en Mindanao, informó el Servicio Geológico estadounidense (USGS), mientras que el departamento sismológico filipino registró una intensidad de 6,7 y un epicentro 14 km al norte de Surigao. El Centro de alerta de tsunamis del Pacífico descartó el peligro de ola gigante.
El gobernador de la provincia, Sol Matugas, dijo el sábado a la radio DZMM que al menos cuatro personas murieron a causa del desastre.
«Una persona murió aplastada, sepultada bajo los escombros de su casa», indicó.
Otras tres personas, incluyendo un niño de cuatro años, murieron por la caída de objetos y escombros, precisó el personal de la defensa civil.
Por lo menos 75 personas resultaron heridas, también principalmente por la caída de objetos, y 14 de ellas se encuentran en estado grave, dijo.
El jefe de la defensa civil regional Rosauro Arnel Gonzales indicó que varias casas habían colapsado y que los equipos de socorro despachados a la zona intentaban asegurarse de que no haya quedado nadie en el interior.
«Hay informes de casas dañadas y ellos están recorriendo las zonas afectadas para ver si alguien necesita ayuda» .
Escenas de pánico
El profesor universitario Rocks Tumadag dijo que muchos habitantes huyeron a zonas más elevadas por temor a que llegue un tsunami a esta ciudad costera de 152.000 habitantes. Precisó que horas después del terremoto todavía podían sentirse réplicas.
Mucha gente pernoctó en estacionamientos o en lugares descampados.
«Hubo pánico en las calles», relató a la AFP, agregando que muchas estructuras habían sufrido daños y que había escombros en las aceras.
«Yo estaba durmiendo cuando ocurrió el sismo. Hubo entre 10 y 15 segundos de movimiento vertical».
«Cuando se detuvo, cogí a mi hija menor y salí corriendo a la calle. Mi mujer también corrió hacia afuera y mi hija mayor lloraba», agregó el testigo. «Hay muchos sismos por aquí, pero éste fue el más fuerte que recuerde».
Un comunicado del servicio de defensa civil indicó que un puente había colapsado y que otros dos quedaron agrietados, al igual que la pista del aeropuerto, obligando a desviar los vuelos.
«No estamos nada bien. Hay histeria colectiva por aquí», dijo el reportero Danilo Adorador citado en el sitio web Mindanews.
Vance Larena, un turista que se encuentra en Surigao, dijo a DZMM que muchas puertas y ventanas de vidrio se hicieron añicos durante el sismo.
«Por suerte había una mesa aquí (en la habitación) y gracias a eso nos pudimos poner a resguardo», agregó. Muchos residente se concentraron en un descampado para estar más en seguridad, indicó. «La gente ya se está calmando, pero hasta hace un rato muchos fueron presa de pánico, las mujeres lloraban».
Filipinas se encuentra sobre el llamado Anillo de Fuego, una vasta región del Pacífico con frecuentes sismos y erupciones volcánicas.
El último terremoto importante que afectó a Filipinas fue de magnitud 7,1 en octubre de 2013. Dejó 220 muertos en las islas centrales del archipiélago, donde destruyó además iglesias históricas.