El capitán de los Yanquis, con una pequeña aparición en la comedia “The Other Guys”, hizo una actuación digna del Oscar al disimular que había recibido un pelotazo en un juego frente a los Rays de Tampa Bay el miércoles en la noche.
Jeter hizo muecas de dolor —fingidas— al punto que el kinesiologo del equipo salió para examinarle el brazo izquierdo. Acto seguido, el astro del club de Nueva York que siempre ha sido elogiado por ser un modelo del juego limpio fue a la primera base.
Fue casi como un robo y los fanáticos de Tampa Bay se le hicieron saber: “¡Jeter, tramposo!”, corearon.
Las repeticiones mostraron con claridad lo ocurrido: la recta de Chad Qualls le pegó al bate de Jeter, no a él. Pero las Grandes Ligas no usan el video para esas situaciones.
Durante más de un siglo, los jugadores han tratado de sacar el provecho máximo de las reglas: pitchers con pelotas ensalivadas, jardineros que simulan atrapar pelotas que picaron, campocortos que engañan con haber tocado al corredor.
Tras la llamada Era de los Esteroides, en el que hacer trampa a menudo implicaba el consumo de sustancias para mejorar el rendimiento, algunos se rieron con lo hecho por Jeter.
Sin embargo, el que hubiese sido Jeter sorprende. Y también lo fue su respuesta, admitiendo cándidamente que simuló.
“El bate”, respondió sin disculparse. “Es parte del juego”.
Para sus legiones de admiradores, lo de Jeter fue una jugada con viveza y en la que terminó anotando una carrera.
Para sus detractores, fue un truco barato. El manager de Tampa Bay Joe Maddon reclamó tanto que debió ser expulsado, aunque luego elogió a Jeter después que los Rays remontaron para derrotar 4-3 a los Yanquis y pasar a ocupar el primer lugar de su división.
“Hay varios actores en el béisbol”, dijo Maddon. “Creo que Derek hizo una gran actuación y lo aplaudo, ya que deseo que mis jugadores hicieron lo mismo”.
La jugada de Jeter era la comidilla en las mayores.
Los bateadores suelen pretender que han sido golpeados por lanzamientos ceñidos al cuerpo. Se trata de algo que se enseña. Pero se requiere de una gran rapidez y raras veces engañan a los árbitros.
Jeter, sin embargo, tuvo una reacción inmediata, especialmente luego que el contacto de la pelota con el bate provocó vibraciones en su brazo. Engañó al umpire principal Lance Barksdale y luego se quedó mirando mientras Maddon reclamaba airadamente.
“¿Qué puedes hacer? Mi trabajo es embasarme. (Barksdale) decretó que la pelota me pegó, así que no me pondré a darle la contraria”.
El veterano jugador de 36 años atraviesa una de sus peores rachas de su carrera. Con su equipo en desventaja por una carrera, decidió jugársela.
“En el pasado me dan dado pelotazos y cantaron que golpeó el bate”, señaló.