El presidente Alvaro Uribe se quejó el miércoles por la demora de la Registraduría nacional en entregar los datos finales de la elección en el Senado, la Cámara de Representantes y una consulta interna optativa para escoger al candidato presidencial del Partido Conservador, de la coalición de gobierno.
La Registraduría Nacional, o la máxima entidad para organizar los comicios en Colombia, “no fue capaz, es inexplicable, de hacer un conteo de votos… la verdad es que en estas condiciones, la Registraduría no da confianza para las elecciones presidenciales”, dijo Uribe al final de un diálogo con estudiantes en Bogotá, según un correo electrónico de la presidencia.
El registrador nacional, Carlos Ariel Sánchez, ha dicho que los retrasos se debieron, entre otras razones, a demoras de los jueces de mesas en entregar los datos a la empresa encargada de transmitirlos electrónicamente para el conteo total, porque eran miles de candidatos para las 268 curules.
Observadores internacionales como la Misión de Veeduría de la Organización de los Estados Americanos (OEA) ha dicho que pudo constatar que en al menos seis departamentos hubo casos de compra de votos o que los electores recibían dinero a cambio de dar su sufragio por un candidato. La misión desplegó 70 delegados en 16 de los 32 departamentos colombianos que monitorearon la jornada electoral del domingo.
Ni la OEA ni grupos de observadores locales han logrado cuantificar cuánto dinero fue usado para esa compra de votos, una práctica que castiga la ley hasta con siete años de prisión, o sus fuentes, excepto la sospecha fundada de dineros del narcotráfico porque ya ha sido denunciada y probada en el pasado.
Gustavo Petro, aspirante a la presidencia por el izquierdista partido Polo Democrático Alternativo, dijo en diálogo telefónico que visto ese escenario de la Registraduría y la compra de votos “las garantías no existen, no pueden existir cuando un candidato se enfrente a centenares de miles de millones de pesos ilegales comprando votos”.
Petro destacó que ya esas mafias, de narcos y aliadas a congresistas y ex congresistas, algunos de ellos encarcelados, ligados al paramilitarismo, lograron elegir a por lo menos ocho legisladores y que serían pieza clave para formar alianzas en el Congreso y determinar mayorías.
Agregó que “se compraron millones de votos a partir de centenares de miles de millones de pesos provenientes de la corrupción y el narcotráfico en una estrategia que tiene que ver con construir una bancada parlamentaria, dirigida desde la cárcel, por los antiguos miembros ligados al paramilitarismo y que tiene como objetivo chantajear, colocar una presión sobre las elecciones presidenciales y sobre el próximo gobierno.
Aceptar o rechazar esa presión de sectores legislativos “de la mafia” y sus dineros sucios dependerá de los propios candidatos, caso contrario “el próximo presidente de Colombia podría ser uno elegido por la mafia”, dijo.
“Lo del domingo, obviamente, preocupa, genera desconfianza”, aseguró por su parte Antanas Mockus, candidato presidencial por el Partido Verde, que contrario a los pronósticos de que consiguiera máximo dos senadores, alcanzó por lo menos cinco. “Hubo improvisación, seguramente, no se pusieron a prueba los equipos o los procedimientos (para el escrutinio) y eso hizo que se demoraran y se estén demorando todavía muchos resultados”, agregó Mockus en una entrevista con la cadena radial Caracol.