Enrique L. Díaz, cubanoamericano, dijo que el incidente que afectó a su esposa, Maritza Rodríguez, ocurrió la semana pasada en el Centro de Detención del Condado Glades, cerca del Lago Okeechobee. Según Díaz, después del incidente su mujer no podía mover una pierna y tenía hematomas en todo el cuerpo.
La Policía de Inmigración y Aduanas (ICE) declinó comentar sobre el caso debido a las leyes de privacidad, pero no negó que el incidente hubiera ocurrido.
“El ICE toma todas con seriedad todas las denuncias de conducta indebida y las refiere a la oficina del Inspector General para su revisión”, dijo Néstor Yglesias, portavoz del ICE en Miami.
El incidente ocurrió el viernes pasado por la noche, cuando una detenida se acercó a Rodríguez, de 44 años, y le pidió despejar un lugar donde colocar ropa, dijo Díaz, de 65 años.
Agregó que cuando su esposa rechazó la petición hubo un altercado verbal entre las dos mujeres. Fue entonces que llegaron cuatro guardias, agregó.
Cuando las guardias informaron a Rodríguez que la iban a trasladar a otra parte del centro, ella cuestiono la decisión.
“Cuando ella comenzó a discutir con las guardias, fue que comenzaron a golpearla y patearla”, dijo Díaz. “Entonces le pusieron cadenas y la arrastraron a una celda de aislamiento”.
Díaz indicó que sólo golpearon y arrastraron a su esposa, y no a la otra detenida.
Rodríguez llegó a Estados Unidos en 1995. Un año después se casó con Díaz, que había llegado a través del éxodo del Mariel.
Aunque Rodríguez podía haber recibido la residencia a través de su esposo, que es ciudadano naturalizado, Díaz dijo que nunca lograron ahorrar lo suficiente para pagar los trámites. Como resultado, dijo Díaz, su esposa se convirtió en una inmigrante indocumentada una vez que su visa venció.
Rodríguez fue condenada por usar cheques falsos, dijo Díaz. Agregó que las autoridades de inmigración finalmente la detuvieron y le iniciaron el proceso de deportación.