«Se ha decretado estado de calamidad en los departamentos de Escuintla (sur) y Guatemala (centro), con el fin de propiciar que la atención que se brinde de parte de las autoridades se haga con la celeridad que el caso amerita», informó en la madrugada del viernes un comunicado de la Presidencia.
Posteriormente, el gobierno amplió el decreto al departamento de Sacatepéquez (oeste).
Este comunicado explica que la medida tendrá una duración inicial de 15 días, prorrogables, y que suspende algunas garantías constitucionales como la libre organización y circulación, así como los espectáculos y las manifestaciones públicas.
En rueda de prensa, el presidente Alvaro Colom informó que un periodista del Canal 7 de televisión, Aníbal Archila, y tres niños de 7, 9 y 10 años, habían desaparecido, y que 20 personas sufrieron heridas.
Poco después, las patrullas de rescate localizaron el cadáver calcinado del periodista que había llegado para cubrir la erupción del coloso, que tiene 2.552 metros sobre el nivel del mar y está ubicado a unos 50 km al sur de la capital.
Dos camarógrafos del mismo canal pudieron escapar, pero sufrieron heridas y quemaduras, precisó otro periodista según el cual Archila no pudo escapar a la lluvia de piedras candentes que cayó sobre el vehículo en el que viajaban.
El director ejecutivo de la estatal Coordinadora para la Reducción de Desastres (Conred), Alejandro Maldonado, comentó que evacuaron a unas 1.600 personas, de las cuales 600 fueron ubicadas en 10 albergues habilitados.
Maldonado señaló que por el momento no se ha realizado una «evaluación sobre el impacto (económico) sobre la vivienda, la infraestructura y las cosechas, porque lo primero fue el bienestar de las personas». «Nuestra prioridad es salvar vidas», agregó.
Previamente, la Dirección de Aeronáutica Civil suspendió los vuelos en el aeropuerto internacional de la capital, informó la portavoz de la entidad, Mónica Monge.
Esta portavoz explicó que dicha medida se tomó para evitar un accidente aéreo debido a que la pista se saturó de ceniza y arena lanzadas por el coloso.
Ahora los pilotos de las aeronaves tienen que desviar los vuelos a aeropuertos alternativos.
La erupción provocó grandes fumarolas, así como la emisión de nubes de ceniza y arena que llegaron al centro histórico de la capital guatemalteca y cubrieron las calles con una capa de hasta tres centímetros, provocando al menos 20 accidentes de tránsito.
Ante la magnitud de la erupción, la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) ordenó la evacuación de todos los pobladores que viven en la laderas del volcán y declaró una alerta roja en sus alrededores.
Por su parte, el ministerio de Educación suspendió las clases en las escuelas de los poblados al sur de la capital: Villa Nueva, Amatitlán, Villa Canales y San Miguel Petapa.
El director del Instituto Sismológico, Eddy Sánchez, llamó a la población a mantener la calma, pero advirtió que el volcán «tiene bastante energía», por lo que continuará «la actividad de flujos de lava y «la expulsión de arena a gran altura».
En la noche del miércoles, el volumen de lava, humo y cenizas que desprendía el volcán comenzó a aumentar y se incrementó el jueves.
En Guatemala existen unos 288 volcanes, de los cuales ocho han registrado actividad.