Cifras que van desde un 30% hasta un 50% de las mujeres que han sido diagnosticadas con cáncer de mama, deben someterse a una mastectomía. En estos casos, al impacto del diagnóstico del cáncer se añade un tratamiento quirúrgico que muchas veces trae consigo episodios de ansiedad relacionados con la apariencia, la sexualidad y la autoestima de las mujeres afectadas.
Es por ello que la reconstrucción mamaria aparece como una opción a ser tomada en cuenta en estos casos. Pero, aunque esta intervención ha demostrado sus ventajas psicológicas y económicas, no siempre garantiza una satisfacción completa a largo plazo.
Ante esta situación, Miriam de la Flor y Agustina Sirgo, del departamento de Medicina y Cirugía de la Universidad Rovira i Virgili (URV), e Inmaculada de Molina y Mª Jesús Montes, de la Facultad de Enfermería de la misma institución, elaboraron un estudio cualitativo en el que se hicieron entrevistas en profundidad y grupos focales.
Algunos de los resultados obtenidos, publicados en la revista Psicooncología, evalúan aspectos como el impacto del diagnóstico del cáncer, la información recibida ante la intervención, las experiencias en el post operatorio, el cumplimiento de las expectativas o la satisfacción con la decisión tomada.
Dentro de las conclusiones obtenidas por el estudio, se comprobó que, una vez superado el período post operatorio de la intervención, empiezan a aparecer más quejas, sobre todo relacionadas con complicaciones posteriores y con el dolor. Las investigadoras que adelantaron el referido estudio, lograron detectar entre las pacientes la necesidad de disponer de una información real, ecuánime y adaptada para poder tomar una decisión compartida con el profesional de la salud.