Los canales de noticias griegos aseguran, por su parte, que decenas de manifestantes resultaron heridos en los disturbios, aunque ninguno de gravedad.
Las nubes de humo por la quema de contenedores y los gases lacrimógenos de la policía hicieron que unas 250 personas tuviesen que acudir a urgencias por presentar problemas respiratorios, aunque ningún caso revistió gravedad, informaron los servicios médicos.
La violencia se desató en la parte inferior de la plaza Sintagma tras el fin de las manifestaciones multitudinarias convocadas para hoy por los sindicatos mayoritarios, en la primera jornada de la huelga general de 48 horas que ha paralizado el país para rechazar las duras medidas de ajuste, con subidas de impuestos y recortes sociales.
La prensa griega calcula que unas 20.000 personas participaron en las protestas, cifra sustancialmente inferior a la de alrededor de 50.000 manifestantes en las marchas de la anterior huelga general.
Al igual que en otras ocasiones, al dispersarse la manifestación, varios grupos de manifestantes violentos con el rostro cubierto con pasamontañas y pañuelos convirtieron el centro de Atenas en un auténtico campo de batalla.
Grupos de encapuchados con banderas negras, símbolo de los anarquistas, emprendieron acciones aparentemente organizadas en las que atacaron con bombas incendiarias a los agentes.
A su paso, estos grupos rompieron escaparates y lunas de coches, prendieron fuego a toldos y contenedores, e incendiaron dos vehículos de una empresa griega de telefonía al confundirlas con unidades móviles de televisión, ya que escribieron sobre ellas eslóganes contra los medios.
Las fuerzas antidisturbios tratan de repeler los ataques con gases lacrimógenos, bombas de sonido y humo, mientras continúan desplegadas en las plazas cercanas al Parlamento para dispersar a los manifestantes violentos.
Piedras y cristales rotos cubren las calles alrededor de la plaza Sintagma, mientras que nubes de gases lacrimógenos y humo han obligado a usar máscaras de gas o pañuelos a los manifestantes, de los que muchos huyeron en busca de refugio a otras calles del centro.
Centenares de agentes guardan sus posiciones en el Parlamento, completamente acordonado, y donde hoy prosigue el debate sobre el plan de austeridad que se votará este miércoles.