El avión de la línea Cuba AeroCaribbean con 68 pasajeros y tripulantes a bordo se estrelló el 4 de noviembre en la zona central de la isla.
El Consejero de la Embajada de Argentina en La Habana, Javier Figueroa, informó el jueves a la AP que un equipo de odontólogos de su país trabajan en la isla con los cubanos para lograr la identificación de los nueve argentinos que perecieron en el accidente.
Veinte y ocho extranjeros se encontraban entre las víctimas: los nueve argentinos, siete mexicanos y otros ciudadanos de Holanda, Alemania, Austria, España, Venezuela, Francia, Italia y Japón.
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Un responsable de la empresa fabricante del aparato, ATR en Toulouse (Francia), dijo a la AP el jueves que tres empleados de la compañía se encuentran en Cuba desde el martes para participar en la investigación.
Para el oficial, que prefirió hablar bajo el anonimato como lo estipulan las reglas de su compañía, no quedó claro cuanto tiempo permanecerán los investigadores en la isla, pero señaló que las pesquisas pueden extenderse por varias semanas.
Aseguró que las autoridades cubanas cooperan con los investigadores.
El avión cayó en una zona rural de difícil acceso a unos 350 kilómetros al este de la capital. La nave, en la ruta de Puerto Príncipe a Santiago y luego a La Habana, perdió contacto por radio tras reportar una emergencia, desplomándose en la localidad de Guasimal.
David De La Hera González, sobrino del español Manuel González que falleció en el accidente, llegó a La Habana el martes y acudió en dos ocasiones a Medicina Legal para informarse sobre la identificación del cadáver de su tío.
«Estamos desesperados», afirmó De La Hera en conversación con la AP el jueves. «La familia está sufriendo como los parientes de todos los fallecidos y lo único que queremos es que se identifique el cuerpo para poder enterrarlo» agregó.
De acuerdo a la información que les suministraron en Medicina Legal, los médicos están esperando por la muestra ADN de la madre de Manuel González para facilitar la identificación del cuerpo.
De La Hera aseguró que la atención de las autoridades cubanas tanto en la preparación del viaje como durante la estancia, es «muy humana y respetuosa».