Isaías A. Márquez
ALCANCE
Relevante y de interés mundial la amenaza sobre la cual la crisis climática compromete nuestra alimentación a consecuencia de este fenómeno de origen antrópico por las tierras que se explotan, irracionalmente, a niveles insólitos a causa del pastoreo intensivo, lo que conlleva, desde ya, no poder alimentarnos a menos que modifiquemos el patrón de uso de las mismas ya que los recursos de agua y tierra se vienen explotando a diestra y a siniestra; vale decir, sin miramiento ni conciencia de su finitud, tal y como en el caso del petróleo. Tal uso y abuso en combinación con la crisis climática está generando presiones tan enormes, que afectan la capacidad de los seres humanos para tener como alimentarse, según un informe ONU; en consecuencia ya en unos 52 países, cerca de un millón y medio de personas vive, ahora, en lugares que se están tornando yermos, perdiéndose el suelo arable en recuperación entre unas diez y cien veces más rápido (desertificación), tal y como es el caso de algunos países de África occidental. Y, de Latinoamérica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, cuyas migraciones hacia la frontera México/EEUU, se quintuplicó, paralelamente, con un período de sequía, que dejó a muchos sin el alimento necesario; algo tan inusual que los expertos observaron signos de secuela por la crisis climática. Y, en Asia, India.
RIESGOS POTENCIALES
El IPCC asevera que de no adoptarse acciones concretas, la crisis climática acelerará los riesgos de que haya una inanición severa, pues el calentamiento atmosférico propicia fenómenos meteorológicos extremos, además de otros patrones climatológicos, que aceleran pérdida de tierras, su degradación y desglaciación tropical.
DIMENSIONES
Trátase de una incerteza que tiende a hacerse de carácter geopolítico ya que las concentraciones más altas de dióxido de carbono en la atmósfera, cuyos niveles aumentan por la quema de combustibles fósiles al absorberlas las plantas alimenticias y los ecosistemas, también desmejoran su calidad nutricional. Ínterin, las temperaturas elevadas mermarán el rendimiento cosecha/ha. También, afectarán a las ganaderías bovina y caprina, sobre lo cual la FAO aporta soluciones. Según OMS, podría agravarse la resistencia antibiótica.