Corea del Norte hizo una advertencia a Estados Unidos, luego de su última prueba nuclear, indicándo que recibirá «más paquetes de regalos», si mantiene sus «provocaciones temerarias» y «presiones» en forma de sanciones contra Pyongyang. «Las recientes medidas de autodefensa de mi país son un paquete de regalo dirigido a nadie más que a Estados Unidos. Estados Unidos recibirá más paquetes de regalos de mi país mientras vierta provocaciones temerarias y mantenga su inútil intento de presionar a Corea del Norte», afirmó el embajador norcoreano ante la Conferencia de Desarme de la ONU, Han Tae-Song.
Han se declaró orgulloso de decir que «hace solo dos días, el 3 de septiembre, Corea del Norte llevó a cabo con éxito un test de una bomba de hidrógeno para un misil balístico intercontinental, bajo su plan de construir una fuerza nuclear estratégica». El embajador norcoreano aseguró que de esta forma el régimen de Kim Jong-un está «más cerca de completar una fuerza nuclear estratégica».
Resaltó que todas las medidas militares que adopta Pyongyang constituyen «un ejercicio legítimo y justo en la autodefensa de un Estado soberano para hacer frente a la cada vez mayor amenaza nuclear y la política hostil de aislar y desestabilizar a Corea del Norte, que ya dura una década».
«En lugar de reconocer a mi país como un Estado y avanzar hacia una coexistencia pacífica, Estados Unidos ha desplegado provocaciones no relacionadas con el fin de efectuar un ataque nuclear preventivo contra mi país», sostuvo Han.
El diplomático rechazó una vez más y «categóricamente» las resoluciones adoptadas en el Consejo de Seguridad de la ONU para imponer sanciones a Corea del Norte. «La presión o las sanciones jamás funcionarán», recalcó y aseguró que Pyongyang «no retrocederá ni un milímetro, salvo que se elimine completamente la política hostil y la amenaza nuclear de EE.UU. contra mi país».
Por su parte, el embajador estadounidense ante la Conferencia de Desarme, Robert Wood, dijo a sus homólogos: «Hemos intentado en el pasado entablar (conversaciones) con el régimen norcoreano, que no tiene ningún interés en el diálogo y continúa sus programas de misiles balísticos».
«Para responder a este serio desafío, tenemos que hacer ahora todo lo que podamos para ahondar en su aislamiento diplomático y económico», opinó Wood. Consideró que «ahora es el momento de decir al régimen que las provocaciones, las amenazas y las acciones desestabilizadoras no serán toleradas más».
Asimismo, pidió a los países que se relacionan con Pyongyang pensar si ello permite al régimen de Kim Jong-un continuar con su «peligrosa actitud» y a los que comercian con Corea del Norte si ello facilita las actividades balísticas. También solicitó a los Estados que cooperan militarmente con Corea del Norte que se pregunten por qué ayudan a un régimen que amenaza con atacar a sus vecinos cuando estos «no han hecho nada».